lunes, 30 de abril de 2007

CONSULTA POR INTERNET:

Autor: SA.
Nombre del artículo: “Leyes internacionales”
Dirección electrónica:
http://www.latinsalud.com/articulos/00430.asp
Fecha de consulta: 27 de abril de 2007


Igualdad de oportunidades

Aunque la mayoría de las normas internacionales del trabajo regulan la realidad tanto de las trabajadoras como de los trabajadores, existen algunos ítems que se refieren especialmente a la situación de la mujer:
Existen dos preocupaciones fundamentales, según las normativas de la Organización Internacional del Trabajo:

1. Garantizar la igualdad de oportunidades y de trato en el acceso a la formación, el empleo, la promoción, la organización y la toma de decisiones, así como la igualdad de condiciones en términos de salario, beneficios, seguridad social, y servicios de bienestar cuya prestación esté vinculada con el empleo;

2. Proteger a la trabajadora contra aquellas condiciones de trabajo que puedan entrañar riesgos para la maternidad.

En cuanto a la primera de ellas, la mujer ha ganado en las últimas décadas muchísimo terreno en el mercado laboral, y muchas de ellas ocupan lugares gerenciales tanto en ámbitos públicos como privados. Sin embargo, sobre todo en los países con menor desarrollo económico y social y, por lo tanto, menor acceso de las mujeres a la educación, ellas se encuentran aun relegadas a condiciones laborales indignas, rayanas en la explotación. Muchas veces estas condiciones de trabajo atentan contra la salud de la trabajadora, contra la conformación familiar y contra la maternidad en sí.

Las oportunidades de la mujer frente a las masculinas son, aun hoy, menores y deficientes. Ello trae consecuencias no sólo ni particularmente sobre las mujeres, sino sobre los grupos familiares que de ellas dependen económicamente, especialmente los hijos.
Durante la 87a reunión de la Conferencia Internacional del Trabajo (1999), con respecto a la protección del empleo y no discriminación se recomendó expresamente que "Toda mujer debería tener derecho a ocupar el mismo puesto de trabajo o un puesto equivalente con la misma remuneración al terminar la licencia de maternidad, cuya duración debería considerarse como período de servicio a efectos de determinar sus derechos."


Ibíd.
Protección de la maternidad


Para la Organización Internacional del Trabajo es de gran importancia la protección de la maternidad en el ámbito laboral. El Convenio sobre la protección de la maternidad, 1919, estuvo entre los primeros instrumentos que se adoptaron. Entre las conclusiones de la mencionada reunión internacional se le dio un lugar de máxima importancia a la licencia y prestaciones por maternidad, destacándose los siguientes consejos:
• Procurar extender la duración de la licencia de maternidad a 16 semanas por lo menos, previéndose una prolongación de la licencia de maternidad en el caso de nacimientos múltiples.
• Tomar medidas para garantizar que la mujer tenga derecho a elegir libremente cuándo tomará todo período no obligatorio de la licencia de maternidad, antes o después del parto.
• Las prestaciones pecuniarias a las cuales tiene derecho una mujer durante la licencia de maternidad y la licencia complementaria deberían elevarse a la totalidad de las ganancias anteriores o de las que se tomen en cuenta para calcular las prestaciones.
• Las prestaciones médicas deberían incluir la asistencia de un médico de medicina general o de un especialista en el consultorio, a domicilio o en un hospital u otro establecimiento médico; la asistencia de parteras diplomadas o de otros servicios de maternidad en el domicilio, en un hospital u otro establecimiento médico; el ingreso en hospitales u otros establecimientos médicos; todos los productos farmacéuticos o médicos necesarios, así como los exámenes y análisis prescritos por un médico u otra persona calificada; la asistencia odontológica y quirúrgica.
En cuanto a la financiación de las prestaciones, los asistentes a la reunión internacional recomendaban que:
• Las prestaciones pecuniarias y médicas deberían financiarse mediante un seguro social obligatorio, fondos públicos o según lo determine la legislación y las prácticas nacionales.
• Toda cotización debida en virtud de un seguro social obligatorio que prevea prestaciones de maternidad y todo impuesto sobre los salarios que se imponga para financiar tales prestaciones, ya sea que las paguen conjuntamente el empleador y los trabajadores o únicamente el empleador, deberían pagarse en función del número total de personas empleadas sin distinción de sexo.
Si México adoptara todas estas disposiciones, lo más seguro es que los empleadores aumentarían el nivel de oferta de trabajo para los hombres, ya que lo expuesto anteriormente causarían mayores costos labores al emplear mujeres, principalmente el en sector industrial, ya que como se ha mencinado con anterioridad, este sector se caracteriza por la necesidad de reducir sus costos.

Ibíd.
Protección de la salud

En lo referente a la protección de la salud, y de acuerdo a las consideraciones de los expertos de la OIT, se destacan algunas de las recomendaciones expresadas en la 87a reunión de la Conferencia Internacional del Trabajo:
• Se debería prohibir el empleo de una mujer en trabajos considerados por la autoridad competente como peligrosos para su salud o la de su hijo durante el embarazo y hasta los tres meses siguientes al parto o durante más tiempo si la mujer amamanta a su hijo.
• Cuando el trabajo que realice una mujer esté prohibido durante el embarazo y el período de lactancia, o cuando una evaluación haya determinado un riesgo reconocido o significativo para su salud o la de su hijo, se deberían tomar medidas para que se le pueda ofrecer como alternativa la adaptación de sus condiciones de trabajo, o el traslado a otro puesto cuando dicha adaptación no sea posible, o una licencia otorgada de conformidad con la legislación y la práctica nacionales.
Se deberían tomar las medidas con respecto a ciertos tipos de trabajo, tales como:
a) los trabajos penosos que impliquen levantar, llevar, empujar o arrastrar manualmente pesos.
b) Los trabajos que supongan la exposición a agentes biológicos, químicos o físicos que puedan ser peligrosos para las funciones reproductoras de la mujer;
c) Los trabajos que requieran un equilibrio especial.
d) los trabajos que impliquen un esfuerzo físico debido al hecho de tener que permanecer de pie o sentada durante largos períodos o a la exposición a temperaturas extremas o a vibraciones.

Disposiciones relativas a las madres lactantes:
a) Cuando sea posible, y de acuerdo con el empleador y con la mujer interesada, se deberían poder agrupar los períodos de tiempo previstos para las interrupciones de lactancia diarias de modo que se permita una reducción de las horas de trabajo al comienzo o al final de la jornada.
b) También se deberían tomar disposiciones a efectos de contar con instalaciones para la lactancia en condiciones de higiene adecuadas.
Como ocurre en el caso anterior, la ley de alguna forma discrimina a la mujer, ya que ella misma establece aquellas actividades en las cuales no puede desempeñarse, lo que les impide ser más productivas, este ultimo siendo el aspecto que demandan las empresas industriales dentro del área de producción y que de alguna manera influye en las decisiones de contratación.


Autor: SA.
Nombre del artículo: “La mujer eficaz estereotipos femeninos en las sociedades de control”
Dirección electrónica:
http://ar.geocities.com/redmujeresnuevomilenio/lamujereficaz.htm
Fecha de consulta: 27 de abril de 2007


Perfil de la mujer eficaz

Los siguientes puntos hacen referencia a las "cualidades" que diferencian al hombre y la mujer en su inclusión al mercado laboral.

Hombres:
§ Tienen menos autocrítica.
§ Objetivan los problemas.
§ Crean alianzas.
§ Se muestran seguros.
§ Exageran los problemas.
§ Tienden a negociar.
§ Son más atropellados.
§ Dominan sus sentimientos.
§ Tienden a desconocer los horarios: pueden llegar tarde o trabajar hasta cualquier hora.
§ Son racionalistas.
§ Suelen ser inconstantes.
§ Revisan sus proyectos.

Mujeres:
§ Aceptan sus errores.
§ Atribuyen el problema a sus propias faltas.
§ Buscan solidaridad.
§ Dudan.
§ Enfrentan sus problemas.
§ No conocen el arte de presionar.
§ Observan los detalles.
§ Ponen mucha afectividad en el trabajo.
§ Respetan horarios y planes.
§ Son intuitivas.
§ Son perseverantes.
§ Tardan en dar un paso atrás.


Estos datos demuestran que las virtudes que caracterizan a la mujer, pueden ayudarle a incorporarse y mejorar muchos aspectos que dem,andad las empresas modernas.
El modelo de la mujer eficaz se construyó respondiendo a las necesidades que el mercado impone. En las sociedades de control la empresa sustituyó la fabrica, podemos decir que la mujer empresaria - aunque sea una minoría - y la profesional que aspira a puestos de dirección, son los referentes más importantes de este modelo.
La discriminación subsiste ya que el supuesto cambio es sólo de discurso y de imagen. Las mujeres que llegan a puestos de dirección siguen teniendo sueldos inferiores al varón que ocupa similar jerarquía Las exigencias son mayores, se pide dedicación exclusiva, full time, idiomas, computación, estudios universitarios y "buena presencia". Deliciosas muñequitas perfumadas...
La mujer cuando vuelve al hogar cumple con los roles tradicionales de esposa, madre y "administradora" sin cuestionar. Este doble trabajo no es tenido en cuenta ni valorizado. Se ha logrado muy poco en la re-distribución de roles domésticos con el varón; fallas en el organigrama familiar o la política del sexo o dispositivo de la sexualidad intacto en su imperio. Cabe entonces enunciar la insistencia y empecinamiento en demarcar la separación de del ámbito de lo público y lo privado, por parte del sistema. Lo cierto es, que los dueños de las sociedades de control son los que tienen el dinero y la renta del trabajo femenino está muy lejos de ofrecer indicios de igualdad real.


Autor: Rosalba Todaro, Laís Abramo y Lorena Godoy Centro de Estudios de la Mujer (CEM).
Nombre del artículo: “Desempeño laboral de hombres y mujeres:Opinan los empresarios”
Dirección electrónica:
http://209.85.165.104/search?q=cache:0Afs7kni-OEJ:www.cem.cl/pdf/desempen_laboral.pdf+desempe%C3%B1o+laboral+de+las+mujeres&hl=es&ct=clnk&cd=3&gl=mx
Fecha de consulta: 23 de marzo del 2007

La presencia femenina en la producción y en las áreas operacionales

A pesar del porcentaje significativo de mujeres en áreas de producción en las empresas del sector Industrial estudiadas, la visión de los ejecutivos es que en estas áreas se concentran los cargos más inconvenientes para mujeres: se trata de trabajos que requieren más esfuerzo físico y “sacrificio”, se suelen realizar en turnos de noche, en ambientes poco gratos (sucios) y revisten algún grado de peligrosidad. En cambio, la mayor fuerza física de los hombres, asociada a la “fortaleza de carácter” antes mencionada, los haría más aptos para asumir estas funciones riesgosas y “sacrificadas”, como el manejo de maquinaria, la carga de material o la manipulación de material delicado, funciones esas que, a su vez, están asociadas a mayor responsabilidad, mayores remuneraciones y estatus.

En general, se caracteriza las labores que realizan las mujeres en la producción como las más sencillas y livianas, las que no requieren gran fuerza física sino prolijidad, cuidado de detalles, paciencia y tolerancia a tareas repetitivas, y exigen permanecer mucho tiempo en el mismo lugar. Se trataría de trabajos de carácter secundario, que más que una calificación específica, requieren de supuestos atributos femeninos, concebidos más como destrezas naturales que como habilidades adquiridas, talento y no calificación, rasgos propios de la naturaleza femenina y de su relación con el ámbito doméstico.

Esta forma de caracterizar el trabajo de las mujeres tiene directa relación con el hecho de que las fábricas siguen siendo, en el imaginario de los empresarios y de los propios trabajadores, el territorio masculino por excelencia, en el que se exalta la fuerza física, los trabajos pesados y sacrificados. Y esto, claro está, no significa la exclusión absoluta de mujeres en el trabajo industrial; lo que hace es definir una inserción segregada a ciertas ramas y ocupaciones.

A pesar de todas las resistencias que persisten, las mujeres son, en promedio, mejor evaluadas que los hombres en su desempeño laboral. Lo que sí sigue siendo muy importante, y eso está relacionado al punto anterior, es la idea de que hay habilidades y ventajas que son propias de los hombres y otras, diferentes, que son propias de mujeres.

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