lunes, 26 de marzo de 2007

INTRODUCCIÓN (Verónica)

INTRODUCCIÓN

El desempleo femenino es reflejo de injusticias e inequidades en México, si bien la evolución de la tasa de participación económica femenina es favorable y creciente, la mujer sigue enfrentando múltiples obstáculos para insertarse en el mercado laboral. El sector comercial y de servicios es el que registra mayor expansión del autoempleo femenino, el cual está estrechamente relacionado con las necesidades de las familias y sus estrategias para allegarse de recursos económicos, lo que significa que hoy en día la mujer no se ha incorporado al sector industrial. A pesar de que en la actualidad, las mujeres y hombres comparten mercados laborales, es cierto que el sector industrial aún se encuentra limitado principalmente en el área de producción.
Es necesario para las mujeres fomentar la igualdad de oportunidades laborales con remuneraciones y trato justo y equitativo. Podríamos actuar a favor de ellas, si conocemos ¿Cuáles son los principales factores dentro de la sociedad que limitan el desempeño laboral de la mujer? ¿Qué beneficios ó problemas enfrenta la empresa al contratar a un mayor número de mujeres? ¿A qué problemas se enfrenta la mujer al tratar de incorporarse al sector industrial? ¿Qué aspectos legales perjudican o benefician el trabajo de la mujer? Las preguntas anteriores nos ayudarán a identificar las principales barreras legales y/o sociales que impiden a la mujer incorporarse en el sector industrial.
Para la realización de la presente investigación empleamos el método analítico, estadístico y comparativo, ya que acudimos a fuentes documentales, así como a estudios ya realizados con el objeto de reforzar nuestra información. La muestra fue elegida en base a aquellas industrias que se caracterizan por contratar a un mayor número de hombres, por otro lado también se realizaron encuestas a mujeres y hombres, esta muestra se eligió conforme a la clase social a la que pertenecen. Nuestro estudio es enfocado principalmente a las mujeres de clase media.
Fue necesario en nuestra investigación dar enfoque no solamente a la mujer sino también tomar en cuenta algunos aspectos del hombre para contrastarlos con los de la mujer y así identificar claramente las perspectivas que existen en relación a cada uno de ellos.

Att. Verónica Maribel Moxo Zapotitla

FICHAS DE RESUMEN (Verónica)

S/a. “Ley Federal del Trabajo”. México. E.d PAC. 2006. 531p.p.

Trabajo de las mujeres
p. 91


ARTÍCULO 164. Las mujeres disfrutarán de los mismos derechos y tienen las mismas obligaciones que los hombres.

ARTÍCULO 166. Cuándo se ponga en peligro la salud de la mujer, o del producto, ya sea durante el estado de gestación o el de lactancia y sin que sufre perjuicio en su salario, prestaciones y derechos, no se podrá utilizar su trabajo en labores insalubres o peligrosas, trabajo nocturno industrial, en establecimientos comerciales o servicio después de las 10 de la noche, así como en horas extraordinarias.

ARTÍCULO 167. Son labores insalubres o peligrosas las que, por naturaleza del trabajo, por las condiciones físicas, químicas y biológicas del medio en que se presta, o por la composición de la materia prima que se utilice, son capaces de actuar sobre la vida y la salud física y mental de la mujer en estado de gestación, o del producto.

ARTÍCULO 170. Las mujeres trabajadoras tendrán los siguientes derechos:
I.Durante el periodo de embarazo, no realizarán trabajos que exijan esfuerzos considerables y signifiquen un peligro para su salud en relación con la gestación, tales como levantar, tirar o empujar grandes pesos, que produzcan trepidación, estar de pie durante largo tiempo o que actúen o puedan alterar su estado psíquico y nervioso;
II.Disfrutarán de un descanso de seis semanas anteriores y seis posteriores al parto;
III. Los periodos de descanso se prorrogarán por el tiempo necesario en el caso de que se encuentren imposibilitadas para trabajar a causa del embarazo o del parto;
IV. En periodo de lactancia tendrán dos reposos extraordinarios por día, de media hora cada uno, para alimentar a sus hijos, en el lugar adecuado e higiénico que designe la empresa;
V. Durante los periodos de descanso, percibirán un salario integro. En los casos de prórroga, tendrán derecho a cincuenta por ciento de su salario por un periodo no mayor de sesenta días;
VI.Al regresar al puesto que desempeñaban, siempre que no haya transcurrido más de un año de la fecha del parto; y
VII. A que se computen en su antigüedad los periodos pre y postnatales.

ARTÍCULO 171. Los servicios de guardería infantil se prestarán por el Instituto Mexicano del Seguro Social, de conformidad con su ley y disposiciones reglamentarias.

ARTÍCULO 172. En los establecimientos en que trabajen mujeres, o el patrón debe mantener un número suficiente de asientos o sillas a disposición de las madres trabajadoras.



S/a. “La mujer en América Latina Tomo ll”. México. E.d SEP. 1975.193p.p.

Relaciones de sexo y de clases sociales
p. 35

La socialización parcial de la mujer que trabaja es un eficaz mecanismo de que dispones la sociedad capitalista para movilizar, en mayor o menor escala, de acuerdo con las exigencias coyunturales, las inmensas reservas de mano de obra femenina. La socialización de la mejer en los países capitalistas presenta componentes básicos semejantes, en lo que se refiere a la dualidad de sus papeles sociales, tanto en naciones desarrolladas como subdesarrolladas.
En general, el complejo cultural del machismo expone más crudamente la posición subalterna de la mujer. Esto significa, de ningún modo, que el comportamiento del macho sea el único responsable de la reducida participación femenina en la población económicamente activa, sino que las técnicas de dominación de las mujeres y la justificación de su expulsión del mercado de trabajo son más rudas, menos refinadas que en las naciones desarrolladas. Si a la mujer se le presenta la oportunidad de desempeñar una actividad cuando ella y sus familiares carecen de recursos y encuentra a su disposición una persona o institución que se ocupe de sus hijos menores.

Los perjuicios actúan instaurando en la personalidad femenina una profunda ambivalencia. En efecto, por lo general la mujer oscila entre el modelo de dueña de casa y el de trabajadora. Esta ambivalencia alcanza por la mujer por medio del proceso de socialización y que responde a las exigencias de una economía sujeta a periodos de prosperidad o de carencia, convierte a la mujer en un tipo especial de trabajador, diferente del hombre, ya que este tiene su personalidad constituida socialmente según el modelo del trabajador, principalmente.
La legislación misma, especialmente en países de tradición latina, ratifica frecuentemente esta ambigüedad siempre que, al reglamentar el trabajo, abre tópicos especiales para la mujer prohibiéndole, a guisa de protección, la ejecución de determinadas tareas y transformándola en un gravamen financiero para el patrono. Aunque países de tradición no latina posean leyes que, con el pretexto de proteger, terminan en discriminar a la mujer en su situación de trabajo, parece que la tendencia a ratificar legalmente los prejuicios se manifiesta con mayor frecuencia en las naciones donde está más valorizada la figura del macho.



CONSULTA POR INTERNET:

Autor: Rosalba Todaro, Laís Abramo y Lorena Godoy
Centro de Estudios de la Mujer (CEM)
Nombre del artículo: “Desempeño laboral de hombres y mujeres:
Opinan los empresarios”
Dirección electrónica:
http://209.85.165.104/search?q=cache:0Afs7kni-OEJ:www.cem.cl/pdf/desempen_laboral.pdf+desempe%C3%B1o+laboral+de+las+mujeres&hl=es&ct=clnk&cd=3&gl=mx
Fecha de consulta: 23 de marzo del 2007


Desempeño laboral de hombres y mujeres

La idea de que los costos laborales de las mujeres son más altos que los de los hombres tiene fuerte presencia en el imaginario empresarial, e incide significativamente en sus procesos de toma de decisión. Estos supuestos costos más elevados estarían relacionados básicamente con los mecanismos legales de protección a la maternidad, tales como los permisos pre- y pos-natal, el horario especial para la lactancia, los permisos para el cuidado del hijo menor de un año, el fuero maternal, la obligatoriedad de sala cuna. Debido a eso, la percepción de los empresarios sobre los costos laborales de hombres y mujeres —y la relación de ese tema con la evaluación general que hacen sobre el desempeño de trabajadores y trabajadoras— fue una preocupación central en la presente investigación. Nos interesaba llegar a alguna conclusión respecto a si realmente los empresarios consideraban que las mujeres eran más caras que los hombres, cómo evaluaban su productividad y comportamiento laboral, de qué dependían las percepciones, si estas variaban significativamente por sector productivo, tamaño de empresa,
etc.
Según se pudo verificar tanto en esta investigación como en un estudio anterior (Lerda y Todaro 1997), en general los empresarios no cuentan con ningún sistema de medición de costos laborales desagregados por sexo (que pudiera sustentar en términos más objetivos tales opiniones); y todavía constituyen una minoría los que tienen sistemas más elaborados de evaluación del desempeño y la productividad de sus trabajadores y trabajadoras. La percepción empresarial sobre el desempeño laboral de hombres y mujeres, y las imágenes que se configuran a partir de esas percepciones, muchas veces se construyen por comparación, cuando no por oposición. Esto es, las mujeres son evaluadas a partir de criterios de “más” o
“menos”, “con” o “sin” determinadas calidades y atributos: más o menos caras, más o menos productivas, más o menos eficientes, más o menos comprometidas con el trabajo, con o sin capacidad de mando y decisión. Tras esas comparaciones, lo que está presente, en general, es la indagación sobre si vale la pena contratar mujeres, pagarles salarios equivalentes a los de los hombres, invertir en su capacitación, promoverlas, darles responsabilidades y oportunidades de mando.



PERCEPCIONES SOBRE EL DESEMPEÑO EN EL TRABAJO

Las características conductuales en el trabajo se expresan y son apreciadas de manera diferente según el cargo, el tipo de empresa, el medio ambiente y las condiciones laborales, entre otros factores que no es posible analizar a partir de esta encuesta. El hecho de que ciertas características de los trabajadores se manifiesten o no y sean valoradas positiva o negativamente por las empresas dependerá, por lo tanto, en gran medida, de los cargos a que uno u otro sexo tenga acceso.


Costos laborales y productividad

Es mayoritaria la percepción de que los costos indirectos de las mujeres son más altos (54 por ciento). Sin embargo, es interesante el hecho de que una idea que en el discurso empresarial suele considerarse "de sentido común", a la hora de afirmarla en una encuesta, es la opinión de solo la mitad de los encuestados. El porcentaje que expresa su desacuerdo con la afirmación, aunque mucho más bajo, es significativo (23 por ciento).
La eficiencia y la productividad de hombres y mujeres en el trabajo es un tema frecuente en el debate sobre los costos laborales según el sexo de los trabajadores. La idea subyacente es que la maternidad es un problema para las empresas y muchas veces se dice que la protección a la maternidad es excesiva. Dado que los costos directos son asumidos por el Estado a través del sistema de salud, el tema se plantea especialmente con relación a posibles problemas de productividad generados por los reemplazos con personas que necesitan adaptarse al cargo.
Pero, al mismo tiempo, aparece en el debate la idea de que esa eventual disminución de la productividad se podría compensar por la mayor eficiencia de las mujeres.
La opinión la licencia pre- y pos-natal es un problema para la productividad concita el acuerdo del 47 por ciento de los encuestados. Considerando que esta afirmación se plantea frecuentemente como una verdad absoluta, es interesante verificar que el acuerdo no llegue al 50 por ciento y que el desacuerdo alcance casi al 30 por ciento.
En dos sectores (Financiero, y Transporte y Comunicaciones) es insignificante el porcentaje de acuerdo. Eso significa que la gran mayoría de los encuestados no considera que la licencia pre-y pos-natal sea un problema para la productividad. En los sectores de Servicios y Comercio, caracterizados por un alto porcentaje de mano de obra femenina y en el cual, por ese motivo, se puede esperar una mayor incidencia de licencias relacionadas con la maternidad, casi la mitad de los encuestados (40 por ciento en un caso y 46 por ciento en otro) tampoco considera que dichas licencias sean un problema para la productividad (mientras 31 y 43 por ciento expresan la opinión contraria). Por ultimo, tres sectores (Agrícola; Electricidad, Gas y Agua; e
Industria), el acuerdo es ampliamente mayoritario, o sea, un porcentaje de encuestados que varía de 75 a 98 por ciento considera que sí, la licencia maternal afecta negativamente la productividad de las empresas.


Comportamiento de hombres y mujeres en el trabajo

Se indagó sobre cuatro afirmaciones relacionadas con el comportamiento en el trabajo de mujeres y hombres: Las mujeres tienen baja tasa de rotación externa, Los hombres faltan menos que las mujeres, Los hombres tienen mejor disposición para el trabajo y Los hombres son más disciplinados.
La afirmación los hombres faltan menos que las mujeres es el único caso en que la respuesta "ni de acuerdo ni en desacuerdo" es menor del 10 por ciento, lo cual muestra que hay posiciones definidas al respecto, ya sea para manifestarse de acuerdo o en desacuerdo. Y aunque la mayoría de los encuestados (54 por ciento) considera que sí, los hombres faltan menos al trabajo que las mujeres, el 38 por ciento de ellos no comparte esa opinión. Al mismo tiempo, hay sectores en que no se observan diferencias de magnitud entre el acuerdo y el desacuerdo, lo que debe alertar contra una de las ideas más corrientes sobre el desempeño laboral de las mujeres, casi nunca sustentada con estadísticas. Según un estudio realizado en
España (Castillo 1994) con una encuesta de 2 mil casos, las tasas de ausentismo se explican por diferencias en las condiciones de trabajo, mientras que el sexo no tiene fuerza explicativa: las diferencias por sexo registradas son mínimas, aunque el ausentismo masculino sea levemente superior al femenino.
En cuanto a otra de las ideas que se escucha con frecuencia entre los empleadores, esto es, que las tasas de rotación femenina son superiores a las masculinas, la mayoría de los encuestados opina que eso no es así. El 43 por ciento afirma que las mujeres tienen una baja tasa de rotación externa y el 28 por ciento está en desacuerdo, mientras un 23 por ciento no se pronuncia. Además, en las entrevistas a empleadores se menciona, en algunos sectores, que la estabilidad de las mujeres en la empresa compensa otros problemas, como el de las ausencias relacionadas con el cuidado de los hijos.


Calidad de la oferta de trabajo y atributos personales

La afirmación según la cual las mujeres no tienen la capacitación adecuada solo obtiene un acuerdo del 17 por ciento y un desacuerdo mayoritario, cosa que sucede en todos los sectores, salvo en el Industrial, donde el desacuerdo es apenas inferior al acuerdo. Las empresas grandes y medianas manifiestan un desacuerdo muy superior a las pequeñas, y lo mismo en aquellas con una mayor proporción de mujeres. Estas respuestas cuestionan la idea de que el problema para la inserción laboral femenina es su falta de capacitación.9 Sin embargo, esto no excluye el problema del acceso restrictivo a la capacitación para las tareas que no son consideradas apropiadas para mujeres, según las imágenes vigentes de lo femenino y lo masculino.



Autor: José Manuel Aguilar Ramírez
Nombre del artículo: “Estudio Segregación laboral en las empresas”
Dirección electrónica:
http://209.85.165.104/search?q=cache:WpsBEe3C0F0J:www-org.mtas.es/uafse/equal/ProductosEqual/archivos/AD_277_producto_2.pdf+Estudio+segregaci%C3%B2n+laboral&hl=es&ct=clnk&cd=1&gl=mx
Fecha de consulta: 23 de marzo del 2007


“La mujer y el trabajo”

En el ámbito desarrollado en este estudio, la presencia de la mujer se concentra en dos grupos profesionales, generalmente sin expectativas de progreso o desarrollo profesional. Éstos son Administración / atención al cliente y los trabajos que implican el traslado de tareas domésticas a lo profesional – productivo (manufacturas agrícola e industrial- textil y limpieza).
En efecto, de forma mayoritaria, las mujeres se concentran en tareas monótonas, en las que se requiere delicadeza, orden y atención a la par de ser atentas y amables (roles estereotipados tradicionales de la labor de la mujer). Se ha encasillado a la mujer, que realiza tareas que se derivan de lo que históricamente realizaba como labores del hogar.
Se entiende, de forma errónea, que las tareas administrativas deben de ser realizadas por mujeres porque implican ser personas organizadas, con capacidad de soportar tareas monótonas y repetitivas, capacidad de hablar y escuchar de forma que se agrade al/la interlocutor/a. Efectivamente, en la gran mayoría de empresas analizadas las tareas administrativas básicas son realizadas por mujeres, que además poseen un nivel formativo de grado medio, cuando el necesario o requerido para dichos puestos debería ser secundario.
En cuanto a las manufacturas, mayoritariamente son las mujeres quienes realizan dichas tareas productivas que requieren mayor destreza manual, delicadeza y monotonía. Se concentran en la agricultura aunque no hay que olvidar el textil. Son trabajos monótonos, que implican cansancio físico, ya que aunque no comportan fuerza sí esfuerzo, al conllevar posturas muy incómodas.
Por otro lado, los hombres igualmente desarrollan trabajos que trasladan roles que tradicionalmente se han considerado masculinos como el liderazgo, la destreza tecnológica y fuerza física, entre otros. Es necesario hacer un inciso, no tratamos en este punto las cuotas de poder, quienes desempeñan las tareas de gerencia o mando (Segregación Vertical). Pero sí podemos hacer un análisis de aquellas tareas que se presumen deben ser realizadas por hombres. Tareas que implican responsabilidades, fuerza física (carga y descarga, construcción), cierta peligrosidad (maquinaria pesada, conducción)...
Existe segregación, lo que implica que sectores como la industria o la construcción sean prácticamente sectores masculinizados. Hay muy pocas mujeres y en el caso de que las haya suelen ocupar tareas de despacho.
No obstante, habría que precisar, que en algunos casos se ha detectado la presencia de mujeres como personal base (peón) en industria, debido a la ausencia de mano de obra masculina o a programas especiales de inserción.
De la transmisión de roles y estructuras de pensamiento existentes se produce frecuentemente una desvalorización de las tareas o funciones que realizan las mujeres, tanto por la carga emocional como por el valor que se le da al trabajo desarrollado por el hombre frente al que realiza la mujer.
Históricamente se ha considerado al hombre como el que producía, el que llevaba el sustento a la casa, mientras que la mujer debía cuidar del hogar y tener descendencia. Aunque hoy en día se ve como algo erróneo, estas estructuras siguen en parcialmente vigentes, sobre todo en las zonas rurales.
De hecho la mujer ha accedido al mercado de trabajo pero los emolumentos que perciben por su actividad no se consideran como un sueldo o tarea productiva sino como una ayuda. Esta tesitura ha originado que en muchos casos, actividades similares donde hay sexualización, sean tratadas con distinto rasero con el consecuente menoscabo en el salario a percibir tras su realización.


LA CONCILACIÓN DE LA VIDA FAMILIAR Y LABORAL

Entendemos por medidas de conciliación, aquellas destinadas a conjugar las funciones o responsabilidades laborales con las familiares; Creación de un conjunto de acciones que faciliten a hombres y mujeres la armonización del trabajo productivo y las responsabilidades familiares.
Se verifica que el empresariado no percibe que las medidas de conciliación sean algo a implantar e impulsar. Contrasta con la visión que cada vez más se está promoviendo desde las administraciones públicas para la introducción, implantación e implementación de medidas conciliatorias internas, están desarrollando directivas en las que se plantea no sólo la necesidad de que se establezcan dichas líneas de actuación sino también su promoción a través de incentivos.
Otro elemento a tener en cuenta sería la percepción que empleadores/as y trabajadores/as tienen del tema. En principio no se tiene conciencia de que sea algo necesario, sobre todo entre los hombres, quienes en el 90% de los casos no sólo han respondido que no hace falta, sino que además no proponen de cara al futuro ninguna medida como tendencia.
En cuanto a las mujeres, quizás tienen una percepción algo más concreta sobre el tema (son las mujeres las que realizan una doble jornada puesto que al terminar en su lugar de trabajo les espera el hogar). Sin embargo es sorprendente que lo que se vea como necesario sea la flexibilidad de jornadas y, en su mayoría, la introducción de la jornada intensiva.
En cuanto al empresariado mayoritariamente ha contestado que en las empresas que dirigen o gestionan sí se llevan a cabo políticas de conciliación. Éstas generalmente y según nos comentan van destinadas a las mujeres, que son las que lo requieren. Sin embargo, introducen un matiz, son políticas “informales” no están plenamente definidas y se toman en el momento, en función de situaciones sobrevenidas:

“Te hemos hecho el favor de reducirte la jornada”, “Darte unos horarios más adecuados a tus necesidades”...

No hay medidas específicas, no se consideran una necesidad por ahora. Sin embargo la mayor parte de empleados/as conciben que la jornada intensiva es el elemento a promover y establecer; medidas como Guarderías o Bajas compartidas prácticamente pasan desapercibidas (sólo una empleada abogaría por el establecimiento de las mismas). Tal vez se derive de la percepción tradicional de que debe ser la mujer quien cuide de los/las hijos/as y que por ello, no es necesario promoverlas.

La empresa busca el mayor beneficio, se entiende que es antieconómico contratar a mujeres (estas se quedan embarazadas y piden la baja por maternidad). Todo lo referente a conciliar tiempos supone para el empresario una situación incómoda y costosa.



Autor: S.N
Nombre del artículo: “L a segregación profesional entre hombres y mujeres”
Dirección electrónica:
http://www.hacienda.go.cr/centro/datos/Articulo/La%20Segregación%20profesional%20entre%20hombres%20y%20mujeres.%20Revista%20Internacional%20del%20trabajo..doc
Fecha de consulta: 1 de marzo del 2007


Las diferencias salariales y la segregación entre hombres y mujeres

En promedio, la relación entre los ingresos laborales femeninos y masculinos en el mundo viene a ser del 60 al 70 por ciento tomando como período de referencia el mes; del 70 al 75 por ciento si se toma el día y la semana, y del 75 al 80 por ciento si se toma como base la hora. Los promedios de las naciones industriales agrupadas en la OCDE y de los países en desarrollo son bastante semejantes.
Gunderson (1994) individuó cinco motivos de la disparidad salarial entre hombres y mujeres:

  • diferencias en cuanto al capital humano acumulado, es decir, instrucción, experiencia, etc. (ocasionadas principalmente por factores ajenos al mercado de trabajo);
  • diferencias de salario dentro de una misma ocupación (ocasionadas por la discriminación directa y la dualidad del mercado de trabajo);
  • diferencias de salario por trabajo de «igual valor» (debidas a que el nivel de salario de una ocupación depende del grado en que esté feminizada);
  • diferencias en los empleos deseados, y
  • diferencias en los empleos disponibles.


La compartimentación por sexo de las ocupaciones ejerce una influencia importante y directa en los tres últimos factores.
Los estudios empíricos que analizan las causas de las diferencias salariales entre hombres y mujeres suelen acudir al análisis de regresión para separar la proporción atribuible a diferencias en variables ligadas a la productividad (incluido el capital humano) y a otros factores que influyen en los salarios1, y la que corresponde a la dispar retribución que hombres y mujeres obtienen de su capacidad respectiva.


Teorías feministas o sociosexuales

Estas teorías estudian principalmente ciertas variables que son exteriores al mercado de trabajo, y que no entran en la reflexión de los economistas. Una premisa básica de esas teorías es la de que la situación de desventaja que padecen las mujeres en el mercado laboral es un reflejo de aquello mismo que la origina, esto es, del patriarcado y el lugar subordinado que se asigna a la mujer en la sociedad y en la familia. En todas las sociedades se considera que las tareas domésticas y el cuidado de los hijos son responsabilidad fundamental de la mujer, mientras que el sustento económico es el cometido principal del hombre.
En general se considera que las mujeres tienen menos necesidad de capacitación laboral. Las mismas influencias también explican que las mujeres adquieran, en promedio, menos experiencia profesional, ya que muchas de ellas se retiran pronto de la población activa, y muchas otras la abandonan temporalmente.
La teoría “sociosexual” hace hincapié en las desventajas socioeconómicas y culturales que sufre hoy por hoy la condición femenina. Es un instrumento valioso para explicar la segregación ocupacional entre los sexos, pues pone de manifiesto de qué manera tan exacta las ocupaciones “femeninas” plasman en el mercado de trabajo los estereotipos comunes y dominantes en la sociedad sobre las mujeres y sus presuntas aptitudes.
Los cinco estereotipos “positivos” presentados son: disposición natural a ocuparse de los demás; destreza y experiencia en las tareas del hogar; mayor agilidad manual; mayor honradez, y aspecto físico atractivo. Parece lógico pensar que esas características, contribuirían a “calificar” a las mujeres para las siguientes ocupaciones de la Clasificación Internacional Uniforme de Ocupaciones (CIUO): enfermera, médico, asistente social, maestra, sirvienta, ama de llaves, limpiadora, cocinera, camarera, lavandera, peluquera, hilandera, tejedora, tejedora de géneros de punto, sastra/modista, partera, costurera, mecanógrafa, cajera/empleada de contabilidad, vendedora, contadora, recepcionista, vendedora ambulante y empleada de comercio.
Los cinco estereotipos “negativos” son: renuencia a supervisar el trabajo de otros; menor fuerza física; menor aptitud para la ciencia y las matemáticas; menor disposición a viajar; menor disposición a afrontar peligro físico y a emplear la fuerza física. Tales características obstaculizan la admisión de las mujeres en diversas profesiones, lo cual contribuye a asegurar que sean ocupaciones típicamente “masculinas”. Esos estereotipos, si coincidieran con la realidad, coadyuvarían a “descalificar” a las mujeres para los siguientes tipos de ocupación de la CIUO: director, jefe, personal superior de la administración pública, miembro de los cuerpos legislativos, trabajador de la construcción, minero/cantero, especialista en ciencias físicas o químicas, arquitecto, ingeniero, matemático, estadígrafo, personal de vuelo, oficial de buque y marinero, conductor de vehículos de transporte, bombero, policía y vigilante de seguridad.
Por último, se presentan otros tres estereotipos: mayor disposición a recibir órdenes, mayor docilidad y menor inclinación a quejarse del trabajo o de las condiciones de éste, menor inclinación a sindicarse, mayor disposición a realizar tareas monótonas o repetitivas; mayor disposición a aceptar un salario bajo y menor necesidad de ingresos, y mayor interés por trabajar en casa. Estos estereotipos influyen más en las características generales que tipifican las profesiones femeninas (tales como remuneración baja, flexibilidad alta, prestigio socialbajo, menos poder decisorio) que en calificar o descalificar a las mujeres para determinadas ocupaciones.
También hay estereotipos “masculinos” que contribuyen a determinar qué ocupaciones son típicamente masculinas (por ejemplo las de ingeniero, conductor de camión, policía o trabajador de la construcción).
Ahora bien, la integración de los hombres en ocupaciones típicamente femeninas es un asunto polémico, ya que en el mercado de trabajo casi toda la discriminación se dirige contra las mujeres y no contra los hombres; además, tales medidas contribuirían a eliminar una de las pocas ventajas de que disfrutan las mujeres en el mundo laboral. Así y todo, eliminar la segregación sexual de las ocupaciones es esencial para que las mujeres vean mejorada su situación en el mercado de trabajo, y ese objetivo no se puede lograr sin desterrar los estereotipos sexuales que encorsetan a hombres, mujeres y ocupaciones.

Fichas de Resúmen (SALINAS MORALES MA: DEL CARMEN)

Situación en el trabajo


INEGI. XII Censo General de
“Población y vivienda 2000”
Cuestionario básico
Pag 82. Trabajo


http://www.inegi.gob.mx/prod_serv/contenidos/espanol/bvinegi/productos/integracion/sociodemografico/mujeresyhombres/2004/myh_pue2.pdf

“La posición que las personas tienen en su trabajo es lo que se conoce como situación en el trabajo, y en el mercado laboral se reconocen cuatro categorías: los trabajadores asalariados, los trabajadores por cuenta propia, los empleadores o patrones y los trabajadores familiares sin pago.

La mayor proporción de ocupados en el sector económico del país es la de asalariados, y Puebla no es la excepción, pues como se ve en la gráfica 75, de las mujeres y los hombres ocupados 64.2% tienen esta posición, ya sea como empleados, obreros, jornaleros o peones; una cuarta parte trabaja por cuenta propia, 8.1% no recibe un sueldo y sólo 1.9% son
patrones.

La situación en el trabajo de mujeres y hombres no es diferente a la estructura de la población total del estado; es decir, entre ambos sexos los asalariados son mayoría aunque con diferentes porcentajes, 68.1 de las poblanas insertas en el sector productivo lo están como asalariadas, los hombres asalariados representan 62.6% (ver gráfica 76) . La mayor proporción de mujeres es debida al aumento que ha tenido en los últimos años la demanda de mano de obra femenina en las maquiladoras, que en número creciente han venido instalándose en el estado, sobre todo aquellas relacionadas con la industria textil.

También en la gráfica puede verse que es relevante la proporción de mujeres que trabajan por cuenta propia, de 21.8%, aunque en menor porcentaje en comparación con los hombres el cual asciende a 27.5 por ciento.

En menor medida ellas son trabajadoras sin pago en el negocio o predio familiar, 8.7%, y patronas, 1.4 por ciento; los hombres con estas dos últimas posiciones presentan mejores condiciones, pues 7.8% trabajan sin pago y 2.1% son patrones o empresarios.

En realidad se ve que la diferencia entre la posición en el trabajo de las mujeres y los hombres ocupados, está en los asalariados y los trabajadores por cuenta propia.”




Persiste la desigualdad laboral

RománGonzález.
“Presentan iniciativa que prohíbe
discriminación laboral contra mujeres”

http://www.cimacnoticias.com/noticias/04abr/04040608.html

“Con el fin de prohibir actos de discriminación laboral contra las mujeres, la diputada Margarita Zavala del grupo parlamentario del Partido Acción Nacional (PAN), recién presentó una iniciativa de reforma y adición a diversas disposiciones de la Ley Federal del Trabajo (LFT).
La diputada dijo que la incorporación de la mujer a la actividad económica ha crecido de 17.6 por ciento en 1970, a 35.3 por ciento en 2003, y que si bien las condiciones laborales son ahora más equitativas que en el pasado, aún persiste la desigualdad.
En el texto de la iniciativa, la legisladora explicó que se han generado estadísticas sobre la discriminación salarial que indican que las mujeres reciben un salario menor que el de los hombres dentro de un mismo puesto de trabajo, en el que ambos tienen la misma calificación y laboran igual número de horas.
Por otro lado, y no obstante no tener certeza estadística, se sabe que en muchas ocasiones se exige a las aspirantes a un empleo que cuenten con un certificado de no embarazo, y lo mismo pasa para aquellas que intentan mantenerlo.
Zavala afirmó que para el PAN, la equidad de género significa que mujeres y hombres deben desarrollarse plena, libre y responsablemente. La discriminación existente contra la mujer en la familia, el trabajo, la política y en las demás esferas sociales es inaceptable.
Entre algunas de las propuestas de dicha reforma se encuentra la adición de un apartado especial para que se consideren como discriminación laboral contra la mujer exigirle certificado de no embarazo, y negarle la admisión a un empleo por causas injustificadas.
Como ejemplo, el artículo 133 de la iniciativa señala que queda prohibido a los empleadores negarse a aceptar trabajadores por razón de edad, sexo, estado civil, embarazo o responsabilidades familiares y, en general, aduciendo cualquier distinción discriminatoria.”



Trabajo, mujeres y maquila
estado de puebla.

Ma. Eugenia de Ita
BUAP
“ Relatoria del foromitos y realidades de las
maquilas en tiempos del
plan puebla panamá.”
Pag 21

http://www.laneta.apc.org/rmalc/ppp/documentos/relatoria_maquila.pdf

"Se presentaron los avances de la investigación Trabajo, mujeres y maquila que gira entorno a la industria del vestido. En ella se ubican los perfiles, fisionomías, el usodel vestido y la maquiladora. A pesar de la recesión económica de los EU, la
industria del vestido aún produce. Se analiza la maquiladora en su parte dinámica,
como talleres familiares, incorporados, que ofrecen trabajo sin ningún problema para la maquiladora y para la región.

La investigación se ubica en Puebla, en seis ó siete municipios ubicados para la zona industrial de Tehuacán y Mextitlán, pero también han llegado a otros lugares. El hecho de que las maquiladoras se vayan a áreas rurales, además de aprovechamiento de la mano de obra barata, la industria del vestido la predominancia del uso de mujeres, con la misma cultura, la misma
fisonomía, los mismos problemas.

Todas las jornadas son largas, los trabajadores y trabajadoras son explotadas, además de todo ello, existen modos de conducta, en el mercado extranjero, ONG’sque se empiezan a preguntar el origen de estos productos, cómo se producen, si sepresenta el acoso sexual, se preocupan por la ecología, etc. Hay presencia de otrosactores sociales que influyen en las relaciones laborales. El proceso deinternacionalización tiene una fuerte influencia en las características del trabajo, en qué condiciones se produce. También se analizan cuestiones de calidad del trabajo: como el empleo de menores, jornadas largas de trabajo, y cómo ésto afecta los modos de conducta. Las empresas se ponen de acuerdo entre sí, por ejemplo en loscostos.

La Secretaría del Trabajo no se preocupa por las relaciones de trabajo. La industria del vestido funciona como una economía tradicional, donde hay trabajo precario, también es cierto que en el otro lado podemos encontrarnos con empresas que actúan en base a redes, tecnologías mas modernas de comunicación de transporte, el reto a seguir a partir de esta nueva situación, es decir de, que otros conocimientos se requieren para poder competir y negociar dentro de las mismas.

Para conocer las características de los trabajadores se han realizado 900 mil encuestas a trabajadores, resultando que en su mayoría son mujeres, en años anteriores había más mujeres que actualmente, hay muchos jóvenes, también en el trabajo de casa, a domicilio, trabajan ancianos y niños, los cuales muchas veces no son incorporados “normalmente”. Muchas son madres solteras, además de que los horarios son “flexibles”, las madres llevan a sus hijos al trabajo, y ahí se va adquiriendo un nuevo modo de cultura y de vida. Procesos de migración al Estado de Puebla. En términos de escolaridad ha habido un aumento de escolaridad, como
educación básica completa; en algunos lugares que se han hecho encuestas, niegan

el nivel de escolaridad, “Aquí las queremos para que trabajen no para que piensen”fue la respuesta que le dio el encargado al encuestador, al momento de preguntar sino había problemas para trabajar con un bajo nivel de escolaridad."


Por discriminación, la mujer enfrenta
conflictos y desventajas de trabajo


Emir Olivares Alonso
“La pobreza, un aspecto que
no se atendido adecuadamente”

http://www.jornada.unam.mx/2006/12/05/index.php?section=sociedad&article=047n1soc

“En México, las mujeres llegan a ser discriminadas hasta cuatro veces, pues se les relega por su condición femenina, por etnia, por condición social y hasta por edad, por lo que fuera del ámbito laboral ese sector de la población se enfrenta a un conflicto y compite en desventaja, aseveró Paz López Barajas, coordinadora del Observatorio de Género y Pobreza (OGP).
"Si le sumamos los ejes de las desigualdades ­ser mujer, indígena, pobre y anciana­; es decir, fuera de la esfera de toda posibilidad laboral del mercado de trabajo, estamos hablando de un problema ya magnificado" en el país, reveló la especialista e investigadora en temas de equidad de género.

En entrevista, tras presentar el portal de Internet del OGP (proyecto auspiciado por el Colegio de México, el Fondo de Naciones Unidas para la Mujer e instancias gubernamentales), López Barajas destacó que la pobreza hacia las mujeres es un problema que no se ha atendido de manera adecuada, pese a los esfuerzos y planes sociales de la pasada administración foxista, debido a que los programas gubernamentales se generalizan y no se dirigen a sectores específicos.

Destacó que ésta genera otras desigualdades y consecuencias como la violencia contra ese sector poblacional, aspecto que, consideró, debe ser prioritario para la academia con objeto de crear análisis y propuestas para erradicarla y generar mayor perspectiva de género.
La especialista señaló que el objetivo principal del OGP es "poner acento en todo lo que falta por hacer" para evitar la discriminación hacia la mujer en todos los ámbitos: "Qué es lo que impide y obstaculiza la participación más plena de las mujeres fuera del espacio doméstico, cómo se pueden incorporar al trabajo, buscar estrategias para que hagan mejor uso de los créditos, qué capacidades deben desarrollar, o qué hacer por la vía de la salud, es lo que deseamos hacer visible".

Además de trabajar en los programas sociales, subrayó que en ámbitos como el educativo, de vivienda, salud, laboral, político y legal deben ser los retos de la nueva administración y de la sociedad civil para enfrentar las desigualdades contra las mujeres.
Por ello, propuso que el gobierno no sólo entregue los recursos de los programas de combate a la pobreza, como el proyecto Oportunidades, sino que además de la ayuda económica se haga llegar a las comunidades ­tanto a mujeres como a hombres­ información sobre los derechos de las primeras para que gocen de una vida libre de violencia, para que reflexionen que "golpear, humillar, maltratar, e inclusive ejercer violencia económica contra ellas, son acciones que violentan sus garantías".

Asimismo, planteó analizar y calificar el impacto que tienen los programas sociales públicos en la vida cotidiana de las mujeres, "porque toda acción pública amerita ser calibrada, que se pidan resultados, inspecciones sobre los alcances y limitaciones; es una forma de avanzar, de ir corrigiendo todas esas desigualdades históricas que padecen las mujeres, por lo que en la política pública tienen que darse cuenta de cómo sus acciones impactan o no a ese sector". Para que estos programas sean de utilidad, dijo, debe analizarse cómo se realizan y desde qué enfoque y perspectiva.”


Justificación


El desempleo es un problema económico del país de gran importancia, ya que de él se desprenden otros problemas como la delincuencia, la piratería, la migración, etc. Es necesario que el gobierno las empresas y la sociedad en general estén consientes de que existe el desempleo de la mujer y la segregación laboral, no olvidando así que un elevado número de familias poblanas son sostenidas por mujeres y que sus ingresos son el único medio de sustento, por lo que es indispensable garantizarles, en primer lugar, igualdad de oportunidades y después brindarles un trato y pago equitativo en su trabajo. Así que se ha considerado estudiar el sector laboral industrial donde la mujer poblana acude a trabajar sin ser bien remunerada y con igualdad de oportunidades que las del sexo contrario, además de que es necesario quitar las barreras que les restringen el acceso a los recursos productivos , de ahí , la importancia de identificar esos mismo obstáculos que le impiden incorporarse a este sector y desempeñarse eficientemente.

domingo, 25 de marzo de 2007

Hipótesis

HIPÓTESIS

La demanda del trabajo femenino en empresas industriales es menor al de los hombres, debido a que los costos laborales son mayores en relación a la legislación protectora de la mujer y a las situaciones familiares a las que ella tiene que enfrentarse.

Variable independiente:
Costos laborales: Costos monetarios directos para el empleador que derivan de la contratación laboral, mismos que se aplican en el marco de la legislación laboral y social del país, estos costos pueden ser causa de ausentismo, rotación, y en ocasiones por la necesidad de habilitar instalaciones para las mujeres con hijos, como guarderías, es decir, son costos que constituyen para los trabajadores beneficios que pagan las empresas a fin de ampliar el poder de compra de sus salarios y contribuir a elevar sus condiciones de bienestar.

Operacionalización:

  • Haremos un análisis comparativo entre la legislación mexicana y otros países, que tengan que ver con la seguridad, protección y apoyo en el trabajo de la mujer (M. comparativo).
  • Por medio de cuestionarios, entrevistaremos a empleadores de 5 empresas industriales de Puebla para conocer los costos que se producen por contratar trabajo femenino o masculino en el área de producción (M. estadístico).

Variable dependiente:

  • Demanda del trabajo: Son las preferencias de los empleadores por la contratación de trabajadores del sexo masculino o femenino, así como los salarios y las compensaciones, los ascensos y el entrenamiento.

Operacionalización:

  • Aplicaremos una encuesta a mujeres con estratos medios y bajos que no cuentan con una profesión, para identificar los principales problemas que las limitan a incorporarse en el sector industrial, principalmente en el proceso productivo (M. estadístico).
  • Se entrevistarán a empleadores de 5 empresas industriales para conocer que es lo que exigen y necesitan de un operario, con el objetivo de identificar el perfil del puesto y saber las causas por la que prefieren mano de obra masculina (M. estadístico).

martes, 20 de marzo de 2007

Fichas de Resumen (Salinas Morales Maria Del Carmen)

Mujeres en América latina
(Aportes para una discusión)




CEPAL
“La participación femenina
en la industria de transformación”
Pag.114

El análisis de la participación femenina en términos de su distribución entre las distintas clases o subgrupos industriales en 1970, permite confirmar la concentración en determinadas actividades asociadas con las “tareas femeninas”. Las fuentes principales de empleo de la fuerza de trabajo femenina son por orden de importancia: fabricación de prendas de vestir, fabricación de productos alimenticios; fabricación de maquinaria, aparatos y otros artículos eléctricos o electrónicos, fabricación de artículos menudos de palma; y fabricación de calzado. En estas 5 actividades se concentra el 61% de la PEA femenina del sector.
La distribución de la mano de obra por sexo en las distintas ramas de la industria difiere más que la distribución de los sexos entre categorías ocupacionales.
Por otra parte del total de las mujeres que trabajan en la industria de transformación, la proporción de las que se desempeñan como personal administrativo alcanza el 18.5%. En los hombres es del 8%. En hipótesis se puede sentar que especialmente en industrias modernas, la participación de la mujer en tareas administrativas es alta. Este dato refuerza la hipótesis de que la mujer ocupa un lugar específico en el mercado de trabajo y que la tendencia es a que no este directamente ligada al proceso productivo. Cuando lo esta se trata de determinadas actividades que son consideradas como propias de la mujer.
La distribución por sexo de la categoría “obreros y artesanos “ en la industria revelan que para aquellas ramas en las que la participación de la mujer es significativa , la proporción de mujeres en los grupos de menores ingresos resulta siempre mayor que la de los hombres en términos de salario.
Otro dato a considerar es la tendencia a que las mujeres participan predominantemente en las etapas finales del proceso productivo. Estas etapas consisten en empacar, decorar, etc. Y no les proporcionan una calificación. En este hecho se podría explicar la diferencia salarial entre los sexos. Sin embargo las diferencias de calificación resultan de un proceso que reproduce la posición de desventaja de la mujer en el mercado de trabajo. Por otra parte, a igual calificación, las mujeres tienden a percibir salarios menores, a tener menor inmovilidad en el empleo y a recibir menores prestaciones de otro tipo. Otro aspecto importante es que la proporción de trabajadores a destajo con respecto al total de obreros es de las más altas en los grupos industriales en los que se concentra la mujer.











Las naciones unidas y la
mujer

Margaret K. Bruce
“Las mujeres en el mundo
cambiante”
Pag.20

¿Cuál es la situación de las mujeres en el cambiante mundo actual? Al responder a esta pregunta sería conveniente no olvidar que las mujeres representan más de la mitad de la población de los recursos humanos.
En la gran mayoría de los países desarrollados y en vías de desarrollo las mujeres las mujeres ocupan una posición desventajosa en cuanto a la a la educación, ya sea a nivel primario, secundario o superior. Las tasas mundiales de analfabetismo todavía superan los 700 millones de personas y el mayor porcentaje de estas son mujeres, fluctuando en algunas áreas de de un 80% a un 85%. La falta de oportunidades educativas y de capacitación hace estallar una reacción en cadena y perpetúa la discriminación en otros campos, especialmente en el de los empleados.
Las mujeres constituyen más de un tercio de la fuerza de trabajo mundial económicamente activa. En los países desarrollados las mujeres están concentradas en un número limitado de trabajos, frecuentemente de bajo nivel de capacidad y de responsabilidad con salarios igualmente bajos. A su trabajo no se les reconoce el mismo valor que al del hombre y el sueldo para el mismo es, a menudo, inferior.
Con frecuencia se afirma que los hombres deben recibir un trato preferente en el trabajo, al igual que una mayor remuneración por que son ellos la parte productiva de la familia. Esto sin embargo puede ser contra producente para ellos por la posibilidad de que las mujeres, y no los hombres, sean contratadas por patrones que desean reducir sus costos de mano de obra.
Aun cuando la ley acuerde igual protección, puede ser que la mujer n conozca sus derechos y mucho menos la forma de asegurar su cumplimiento, especialmente si carece de educación y es económicamente dependiente de su marido.
En la vida pública, el porcentaje de mujeres que ocupan puestos de mando ya sea en el campo legislativo, judicial o ejecutivo es pequeño en la gran mayoría de los países, aún en aquellos donde, desde hace mucho tiene el derecho de voto y de ocupar puestos públicos.
Las mujeres generalmente pierden cuando tiene que competir con los hombres por las escasas oportunidades que tiene para educarse y las pocas oportunidades de trabajo. Generalmente las mujeres que luchan para mantener a sus hijos pueden emigrar de áreas rurales a los pueblos en busca de un trabajo que no existe y rápidamente quedan expuestas a los peligros de la explotación, la prostitución y la miseria de barrios bajos urbanos.








Situación de la mujer
en México

Pedro Ojeda Paullada
“Industria de transformación”
Pag.35, 36


El crecimiento económico de nuestro país en los últimos dos decenios se atribuye fundamentalmente al dinamismo de la industria de transformación. Sin embargo, este dinamismo no ha tenido lugar en todas las ramas que integran el grupo de industrias de transformación sino que se concentrado en unas cuantas que producen bienes con elasticidad-ingreso particularmente alta. De entre estas sobresalen la química, la de bienes de capital, las de maquinaria, equipo eléctrico y electrónico. Al lado de estas grandes empresas coexiste n un gran número de pequeñas y medianas industrias, las que cada día pierden importancia desde el punto de vista de su contribución al producto industrial, pero que dadas sus técnicas de producción, proporcionan empleo a una considerable cantidad de mano de obra. Entre esta ramas se puede mencionar la de productos alimenticios, textil y en general a aquellas consideradas como tradicionales dedicadas a la producción de bienes de consumo no duradero.
Las pequeñas y medianas empresas para poder competir con las grandes productoras, al no poder reducir sus costos por la vía del cambio tecnológico por carecer de los recursos de inversión que esto implica, los reduce abaratando el costo de la mano de obra, es preciso en donde estas ramas menos dinámicas se concentra el empleo femenino. La posibilidad de que absorban mayores cantidades de trabajo es casi nula.
El mercado industrial de trabajo femenino se concentra pues básicamente en aquellas clases industriales integradas por empresas cuya tecnología es intensiva en el uso de obra poco calificada.
Tenemos que de acuerdo con el Censo General de la Población de 1970, el total de las mujeres dedicadas a la industria de transformación era de 446,576 que representaban el 18.2% de la mano de obra femenina total y el 21.6% de la mano de obra correspondiente a ese sector de actividad.
El volumen de empleo que generan es ya considerable en la actualidad, destacándose un alto ritmo de crecimiento anual.
La proporción que dentro de esa fuerza de trabajo ocupan las mujeres es considerable, aunque con el inconveniente de no estar determinada en sus condiciones de trabajo y estabilidad como fuente de empleo por los reglamentos de trabajo nacionales sino por coyunturas económicas internacionales y la determinación de ganancia máxima de las empresas trasnacionales.








Mujeres en América latina
(Aportes para una discusión)


CEPAL
“Los marcos de referencia de la presente
discusión sobre la igualdad sexual”
Pag.29

En varios argumentos se destacan como piezas centrales del dispositivo explicativo la noción de “obstáculo “ y la idea de que es la “discriminación” la que impide el acceso de la mujer a ciertos ambientes o posiciones sociales masculinas. Poco se dice sin embargo sobre la naturaleza precisa de estos conceptos más allá de que la mujer se encuentra colocada en una situación de inferioridad con respecto al hombre, sin que se reconozcan y aprovechen suficientemente sus capacidades ni se recompensen adecuadamente sus méritos y realizaciones al menos al nivel en que son gratificados los miembros del sexo masculino.
En verdad, es evidente que por más legítimas que sean o parezcan, estas afirmaciones dependen de otros valores sociales que constituyen jerarquías que ordenan las posiciones sociales diferenciadas de acuerdo con un esquema general de división social del trabajo. Porque es obvio que la diferenciación sexual es solo un aspecto de esta diferenciación social general.
La principal línea divisoria de la confrontación sobre la igualdad sexual se produce por que la sociedad esta estructurada en áreas donde priva a una u otro sexo. En la sociedad industrial por un lado se atribuye mayor importancia social a la disposición de liderazgo institucional y poder objetivo a los ingresos monetarios y al prestigio social externo que constituyen las recompensas y gratificaciones típicas del mundo masculino.
Por otro lado los movimientos que procuran la emancipación femenina adoptan tonos que denuncian la hegemonía masculina, no carecen de razón hay que reconocerlo pues las sociedades que constituyen su marco de referencia histórico y concreto están organizadas de tal manera que aparentemente los hombres reciben mayor cantidad de más valiosa recompensa que las mujeres. De modo que por un lado el movimiento que procura la “emancipación de la mujer es porque se justifica con términos de valores en general, como ser, los derechos civiles, políticos y educacionales.
Por otro lado corresponde a un de valores que en la sociedad moderna, tanto en la capitalista como en la socialista son considerados como típicamente masculinos.
Es precisamente el sector industrial el que con razón, los movimientos feministas señalan como el núcleo de la “supremacía masculina” y contra el cual dirigen sus descargas más pesadas pretendiendo obtener su acceso en una proporción adecuada, mayor que la actual , alas posiciones “normalmente” ocupadas por los hombres.





Asuntos relevantes sobre el
tema de mujeres y personas con
discapacidad

Luz Rosales Esteva
“Atacarán discriminación laboral
contra mujeres.”
Pag3
http://www.e-mexico.gob.mx/work/resources/ContenidoLocal/Sintesisdeprensaal21denoviembrede2006.pdf


En la Ciudad de México prácticamente la totalidad de las empresas ejercen algún tipo de discriminación en contra de las mujeres, ya sea porque no les pagan igual que a los varones o bien porque les impiden ascender a puestos directivos sin considerar sus capacidades ni tampoco sus necesidades reales, afirmó Luz Rosales Esteva, Directora del Instituto de las Mujeres del Distrito Federal (In mujeres-DF).La funcionaria anunció que junto con la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación, la próxima semana constituirán el Consejo Promotor para la Equidad de Género e Igualdad de oportunidades, cuyo propósito es trabajar con empresas para que sus empleados y directivos reconozcan el hostigamiento laboral, sepan la forma en que se da, “que lo visualicen y hacer un análisis de los puestos existentes y aquéllos que ocupan las mujeres”.
A decir de Faustina García, vicepresidenta de Mujeres Industriales de Canacintra, muchas empresas aún piden el certificado de no gravidez a las mujeres para controlarlas, lo que esta prohibido por la ley.
Celia Aguilar, oficial de Programación del Fondo de Desarrollo de las Naciones Unidas para la Mujer, dijo que la discriminación es uno de los problemas más graves de nuestro país.
Durante una conferencia de prensa dieron a conocer la realización, el 22 de noviembre, del “Encuentro estrategias Corporativas para la Equidad de Género y la no Discriminación Laboral”, y la firma de dos convenios
para actuar de manera conjunta a favor de mujeres que trabajan. (El Universal, 17 de noviembre de2006).

domingo, 18 de marzo de 2007

FICHAS BIBLIOGRÁFICAS (Verónica Moxo)


S/a. “Mujeres en América Latina. Aportes para una discusión”. México. E.d Fondo de Cultura económica. 1975. 204p.p.

La mitología sobre la mujer
p. 93

Una de las maneras de abordar el problema de la mujer latinoamericana consiste en analizar las representaciones colectivas que denominan la práctica social cotidiana: representaciones sobre la mujer, el hombre y las relaciones entre ambos sexos.
Se cree que la mujer debe reunir ciertas características actitudinales y de comportamiento porque es mujer. La historicidad de los rasgos de la mujer y las formas que asumen según su situación de clase, desaparecen para quedar incorporadas a la naturaleza de los seres y las cosas.
Cuando se discute la participación de la mujer, las representaciones sobre su condición en la familia y en la sociedad suelen quedar implícitas. O, lo que es más grave aún, suelen ocultarse interpretaciones que reproducen su situación subordinada en la sociedad. Una mayor participación social, económica y política, no es necesariamente sinónimo de una participación independiente.
En los trabajos latinoamericanos sobre el tema se registra un amplio consenso acerca de la importancia de romper los obstáculos superestructurales que impiden la transformación de la actual condición dependiente de las mujeres. Se trata de mecanismos ideológicos que reproducen esa condición de la mujer a través de la imagen que ella tiene de sí misma y de la imagen que el hombre tiene de ella.
Se ha sostenido que la mayoría de las mujeres están colonizadas desde adentro, que han interiorizado su situación subalterna con respecto a los hombres, y que este es un rasgo que corta la diferenciación entre las clases sociales. El proceso de socialización en la infancia; la educación formal e informal; los mensajes de medios de comunicación: todos éstos son mecanismos a través de los cuales la mujer incorpora con diferentes matrices según su situación de clase una autoimagen que reproduce su condición dependiente en la familia y en la sociedad.
La situación de dependencia que caracteriza a la mujer se traduce en efectos desorganizadores de sus comportamientos. Las orientaciones que se imponen entran en conflicto con sus orientaciones reivincativas. La opción que se les plantea oscila entre una participación dependiente, aceptando las reglas del juego en cuya formulación no participan, y una participación conflictual que pone en cuestión las categorías mismas de la práctica social.
La ideología sobre lo “femenino” reproduce la condición desigual de la mujer, condición que un estilo de desarrollo concentrador y excluyente favorece de manera más dramática que en el caso de los países capitalistas industrializados.
De manera esquemática se pueden señalar dos mitos sobre lo femenino. Uno, el “tradicional”, recalca le debilidad de la mujer frente al hombre, la obediencia, la pasividad. El otro “moderno”, insiste en la mujer segura de sí misma, activa, independiente.
El machismo en América Latina no es si no la contraideología de los femenino. Óscar Lewis puso de manifiesto cómo la dinámica familiar reproduce en los niños, desde la infancia, la pauta machista.
En la imagen tradicional, el sexo determina un destino confinado a la esfera doméstica. En la imagen moderna, esa esfera se amplía, pero no para todas las mujeres. La aspiración al trabajo remunerado en la esfera profesional y semiprofesional socialmente es factible.
La expansión desigual del sistema educativo, con un crecimiento mucho más rápido de los sectores medios y altos. Los principales incrementos en el empleo femenino se registran en las categorías de profesionales dependientes y empleadas asalariadas en los sectores secundarios y terciarios de la economía urbana.
La mitología de la mujer “moderna”, es el complemento de la mitología tradicional, en tanto que refuerza la desigualdad entre las mujeres de los sectores populares y las demás clases sociales.


La demanda de fuerza de trabajo femenina
p. 103

La demanda de mano de obra femenina es otro de los factores a considerar para explicar las restricciones a la participación de la mujer, así como las formas específicas que esta participación asume.
Se ha argumentado que la participación diferencial de las mujeres en el mercado de trabajo se debe al hecho de que éstas tienen menor calificación, y que por lo tanto su productividad es más baja que la del hombre.
Existen mercados de trabajo “femeninos” caracterizados por una baja exigencia de calificación, este hecho no hace sino reforzar una diferencia inicial a través de la acción misma de la demanda de fuerza de trabajo. Por otra parte, las mujeres que tienen un grado más alto de instrucción no encuentran trabajos en que se utilice plenamente su nivel de preparación.
Las restricciones a la contratación de mano de obre femenina puede obedecer a la discriminación que las mujeres sufren en el mercado de trabajo. Una explicación podría ser la de que la contratación implica mayores costos: las leyes laborales dirigidas a proteger a la mujer en estado de gravidez y durante los primeros meses de vida del hijo, pueden actuar (y de hecho actúan) como obstáculos para su ingreso al mercado de trabajo. Para el empresario que persigue maximizar su ganancia, es una práctica usual evadir la legislación, o bien restringir la contratación de mano de obra femenina.
Si se tiene en cuenta que la mano de obra femenina se caracteriza por una pauta de “entrada-salida-entrada” el mercado de trabajo, que está vinculada a su status civil, a la fecundidad y al papel asignado a la mujer en la familia y en la sociedad, es claro que el riesgo de emplear y capacitar a una mujer es mayor que en el caso del hombre.
En los estratos medios y altos, el factor más restrictivo provendrá del lado de la oferta de fuerza de trabajo. Como señala Kirsch, las mujeres de estos estratos podrán “darse el lujo” de esperar condiciones económicas más favorables y de buscar un trabajo adecuado a su preparación, que generalmente es mayor.
Otro aspecto importante es el que se refiere al carácter de fuerza de trabajo secundaría de la mano de obra femenina. Se ha comprobado que las mujeres que no son jefas de familia reaccionan de manera diferente ante las condiciones cambiantes del mercado de trabajo. Su comportamiento resulta similar al de los jóvenes y al de los varones que no son jefes de familia.


Ojeda Paullada Pedro. “Situación de la mujer en México”. México. E.d Igualdad desarrollo paz. 1975. 130p.p.


Posición Socioeconómica de la mujer
p. 28

La oferta de trabajo se ve determinada por el origen de la clase socioeconómica a que pertenece la mujer. Esto es, que su participación en los mercados en que va a ofrecer su fuerza de trabajo se vincula al estrato en el que se encuentra socialmente.
En los estratos económicos medios y altos las variables estratégicas son: el número y edad de los hijos, el nivel de educación, las diferencias entre salario familiar y las expectativas de consumo.
En los estratos de bajos ingresos está ligado a una estrategia de supervivencia para complementar el salario familiar y/o mantener a los hijos.


Calificación y remuneración
p. 30

La baja exigencia de calificación en las actividades consideradas femeninas, presupone que la mujer está menos calificada que el hombre y este perjuicio contribuye a limitar sus campos de actividad. Esta situación se refuerza por el hecho de que las mujeres con alto grado de instrucción y capacitación no encuentran trabajo donde se utilice plenamente su nivel de preparación.
Por otro lado, que el grado de instrucción de las mujeres que ocupan cargos medios y altos en la industria y servicios, aunque similar o superior al de los hombres que tienen los mismos cargos no se relaciona con los niveles de remuneración.
En los estratos altos, el factor que restringe el mayor grado de participación de la mujer se refiere a limitaciones en oferta, en tanto que para los niveles medios y bajos este factor restrictivo depende de la demanda de la mano de obra femenina. Asimismo, se detecta el hecho de que los trabajos femeninos están peor remunerados en todos los sectores y actividades en que se ocupa.
De igual manera los programas de capacitación industrial que se realizan fuera de las empresas resultan para las mujeres poco atractivos, debido a la limitación de oportunidades de acceso a los trabajos para los que se capacitan.


Aspectos culturales
p. 51

Las causas de que la mujer reciba una instrucción cuantitativa y cualitativamente menor a la del hombre se debe también a las actitudes familiares que determinan, con mayor frecuencia entre las mujeres la no asistencia o deserción temprana para dedicarse a tareas de apoyo doméstico o de contribución al ingreso familiar, para orientarla hacia carreras cortas o de entrenamiento rápido que permitan también un aporte económico adicional a ese núcleo, e incluso, para que deserte o no ejerza una profesión superior.
Todas estas causas giran en torno a la idea de que la actividad fundamental de la mujer, es la procreación.


Elu de Leñero María del Carmen. “Perspectivas femeninas en América latina”. México. E.d Sep Setentas. 1976. 211p.p.


La influencia de los arquetipos y estereotipos religiosos
p. 23

“Es innegable en las actitudes de las mujeres y hombres latinoamericanos. Un cambio de valores no lo hará sino el pueblo mismo. Nadie libera a nadie. La mujer tampoco se libera si ella mismo no es el sujeto de su propia liberación, pero una liberación que nazca de sus propios valores y no de ideologías y valores importados e impuestos de nuevo. Es cierto que la tecnificación a acercado cada vez más a los pueblos y culturas entre sí. Es cierto que cada vez más, el proceso de aculturación se acentúa; pero en muy distinto que este proceso se dé en el diálogo y en el respeto mutuo.
La mujer popular que es la mayoría en América Latina y que es la nunca oída porque nunca ha tenido voz y a la que hemos cerrado los oídos aun nosotras mismas, ya que muchas veces nuestros valores están más cerca de los del mundo desarrollado, que los de nuestro propio país.”


S/a. “Nueva ley del seguro social y sus reglamentos”. México. E.d Alfaro. 2006. 475p.p.

Del ramo de guarderías
p. 74

De acuerdo al artículo 201, el ramo de guarderías cubre el riesgo de no poder proporcionar cuidados durante la jornada de trabajo a sus hijos en la primera infancia, de la mujer trabajadora, del trabajador viudo o divorciado o de aquel que tenga la custodia de sus hijos.
L seguro de guarderías se proporcionará en el turno matutino y vespertino pudiendo tener acceso a alguno de estos turnos, el hijo del trabajador cuya jornada de labores sea nocturna.
Los servicios de guardería infantil incluirán el aseo, la alimentación, el cuidado de la salud, la educación y la recreación de los menores a que se refiere el art. 201 (Art. 203).
Para otorgar la prestación de los servicios de guardería, el instituto establecerá instalaciones especiales, por zonas convenientemente localizadas en relación a los centros de trabajo y de habitación, y en las localidades donde opere el régimen obligatorio, esto conforme al artículo 204.
El artículo 206 establece que los servicios de guarderías se proporcionaran a los menores a que se refiere el artículo 201 desde la edad de cuarenta y tres días hasta que cumplan cuatro años.


De las prestaciones en especie
p. 43

Según el artículo 94, en caso de maternidad, el Instituto otorgará a la asegurada durante el embarazo, el alumbramiento y el puerperio, las prestaciones siguientes:
I. Asistencia obstétrica.
II. Ayuda en especie por seis meses para lactancia, y
III. Una canastilla al nacer el hijo, cuyo importe será señalado por el Consejo Técnico.


De las prestaciones en dinero
p. 44

La asegurada tendrá derecho durante el embarazo y el puerperio a un subsidio en dinero igual al 100% del último salario diario de cotización el que recibirá durante 42 días anteriores al parto y cuarenta y dos días posteriores al mismo.
En los casos en que la fecha fijada por los médicos del instituto no concuerde exactamente con la del parto, deberán cubrirse a la asegurada los subsidios correspondientes por cuarenta y dos días posteriores al mismo, in importar que el periodo anterior al parto se haya excedido. Los días en que se haya prolongado el periodo anterior al parto, se pagarán como continuación de incapacidades originadas por enfermedad. El subsidio se pagará por periodos vencidos que no excederán de una semana (Art. 101).
Para que la asegurada tenga derecho al subsidio que señala el art. 101, se requiere:
I. Que haya cubierto por lo menos treinta cotizaciones semanales en el periodo de 12 meses anteriores a la fecha en que debiera comenzar el pago del subsidio;
II. Que se haya certificado por el instituto el embarazo y la fecha probable del parto, y
III.Que no ejecute trabajo alguno mediante retribución durate los periodos anteriores y posteriores al parto.
Si la asegurada estuviera percibiendo otro subsidio, se cancelará el que sea por menor cantidad (Art. 102).




CONSULTA POR INTERNET:

Autor: Jacqueline Richter
Nombre del artículo: “El régimen jurídico del trabajo femenimo”
Dirección electrónica: http://72.14.203.104/search?q=cache:5ezqDazlsMEJ:www.serbi.luz.edu.ve/scielo.php%3Fscript%3Dsci_arttext%26pid%3DS1315-85972003001000001%26lng%3Des%26nrm%3Diso+Disposiciones+legales+del+trabajo+femenino&hl=es&ct=clnk&cd=1&gl=es
Fecha de consulta: 1 de marzo del 2007


El régimen jurídico del trabajo femenino
(Venezuela)


La Protección de la Maternidad

La maternidad y la paternidad son protegidas integralmente, sea cual fuere el estado civil de la madre o del padre reza el artículo 76 de la Constitución de 1999. Más adelante la norma señala que el Estado garantizará asistencia y protección integral a la maternidad, en general a partir del momento de la concepción, durante el embarazo, el parto y el puerperio.
Esta norma también posibilitaría ampliar ciertas protecciones legales de la maternidad hacia los hombres sustento único de hogar, lo que significaría que algunos de los costos de la protección de la reproducción ya no se imputarán sólo a la contratación de mano de obra femenina.
La protección de la reproducción de la especie y el cuidado de la familia en cabeza de la mujer ha sido un argumento recurrentemente utilizado para justificar la discriminación de las mujeres en el mercado laboral, pues se aduce que estas protecciones encarecen su contratación y no son visualizadas como parte de la responsabilidad social de la empresa.
La Ley de Igualdad de Oportunidades para la Mujer de octubre de 1999, establece que progresivamente debe establecerse una política de prestaciones familiares para solventar las cargas familiares de la mujer. Dicha obligación se pone en manos del Ejecutivo Nacional (Art. 14).
La protección durante el embarazo abarca medidas para garantizar tanto el acceso y conservación del empleo como la salud de la madre gestante y del feto. La LOT prohibe expresamente condicionar la contratación de la mujer al hecho de no estar embarazada (Art.381), por lo que las pruebas de despistaje de embarazo son ilegales. La legislación no considera válida la aceptación de la mujer de someterse al examen para adquirir el empleo, sino que la voluntad de la trabajadora debe expresarse una vez iniciada la relación laboral y en este caso la prueba de embarazo tiene como única finalidad iniciar el amparo del régimen de protección.
Durante el periodo de gestación, la mujer está exenta de la obligación de realizar tareas que, por requerir esfuerzos físicos considerables o por otras circunstancias, sean capaces de producir el aborto o impedir el desarrollo normal del feto, sin que su negativa altere sus condiciones de trabajo. (Art. 382 de la LOT).
La trabajadora embarazada tiene derecho a un descanso de seis semanas por concepto de prenatal y doce semanas por postnatal. Estos descansos pueden ser aumentados por prescripción médica y el descanso prenatal es acumulable al post natal (Arts. 385, 386, 388 de la LOT). La trabajadora tendrá derecho a hacer uso de su derecho de vacaciones inmediatamente finalizada la licencia de maternidad (Art. 390 de la LOT), o puede solicitar que se le adelanten las vacaciones para tomarlas después de la licencia postnatal, basándose en la preferencia legal para hacer coincidir vacaciones escolares con las laborales (Art. 230 de la LOT). Estos permisos se aplican también a los casos de adopción de niños menores de tres años, lo que da derecho a un permiso remunerado de 10 semanas (Art. 387 de la LOT).

El derecho de lactancia

La trabajadora tiene derecho a dos descansos diarios de media hora cada uno para amamantar su hijo en la guardería y si no hay guardería cada descanso será de una hora. Aunque no hay disposición interna que lo prevea expresamente, estos descansos se reputan como parte de la jornada de trabajo desde el momento que la LOT establece que no podrá haber diferencias de remuneración por el ejercicio del derecho a la lactancia (Art. 394).

El derecho a la guardería

Todo patrono que ocupe más de 20 trabajadores tiene la obligación de instalar una guardería infantil para que los trabajadores puedan dejar sus hijos durante la jornada de trabajo. Los patronos pueden asociarse entre sí para establecer la guardería o pagar el costo del servicio en guarderías existentes Los trabajadores tienen derecho a usar la guardería, independientemente de su horario de trabajo y condición de contratación, por lo que los trabajadores en jornada nocturna o mixta pueden usar la guardería que funciona de día, la única prevista por ley. (Art. 391 y 392 de la LOT).

lunes, 12 de marzo de 2007

CONSULTA BIBLIOGRÁFICA

CONSULTA POR INTERNET
Autor:
S.N
Nombre del artículo:
“L a segregación profesional entre hombres y mujeres”
Dirección electrónica:
http://www.hacienda.go.cr/centro/datos/Articulo/La%20Segregaci%C3%B3n%20profesional%20entre%20hombres%20y%20mujeres.%20Revista%20Internacional%20del%20trabajo..doc
Fecha de consulta:
1 de marzo del 2007

Teoría neoclásica del capital humano
Esta teoría explica, que la poca oferta del trabajo de las mujeres, se debe a dos variables principales: “la instrucción y la experiencia laboral”. Esto es, porque las mujeres son las únicas responsables del cuidado del hogar y los hijos, por lo que muchas veces se ven en la necesidad de abandonar su trabajo de forma permanente o temporal, lo que hace, que ellas adquieran menos experiencia que los hombres, así mismo, los padres de familia deciden dar menos estudios a sus hijas en comparación con sus hijos.
Ahora bien, surgen varios problemas si se adopta esta teoría como interpretación única de la segregación ocupacional entre los sexos. En los últimos decenios, la tasa de actividad de la mujer ha aumentado, la necesidad de atender el hogar y la familia ha descendido, así como también existe un mayor número de familias que son encabezadas por mujeres, lo que implica una mayor necesidad de permanecer en el trabajo, por lo tanto, el nivel de experiencia de la mujer ha aumentado, lo cuál, de acuerdo a la teoría neoclásica deberían de haber cambios sustanciales en cuanto a la ocupación. Sin embargo, “la segregación ocupacional entre los sexos sigue siendo muy fuerte en todo el mundo”.
Según la teoría neoclásica del capital humano, el trabajo de la mujer resulta más caro, a pesar de que exista una igualdad de salarios entre hombres y mujeres, esto se debe a que el trabajo de la mujer conlleva a costos indirectos y elevados, ya que se cree que ellas tienen un mayor grado de ausentismo y rotación, y en algunos casos se tienen que habilitar instalaciones sanitarias como guarderías, además de que la mayoría de ellas no tienen flexibilidad en sus horarios.
Algunos estudios empíricos revelaron que entre hombres y mujeres existen índices de rotación muy semejantes. Los hombres dejan su trabajo para conseguirse otro mejor, con la misma frecuencia que lo hace la mujer por razones familiares.
En muchas ocasiones, son las normas y leyes laborales las que de alguna manera reducen la demanda laboral de las mujeres, ya que existen legislaciones protectoras que prohíben a la mujer desempeñarse en determinadas ocupaciones y en ciertas condiciones.
“Dado que la diversidad de características entre uno y otro sexo no basta para justificar la persistencia de la segregación profesional y del desnivel salarial entre mujeres y hombres, los economistas neoclásicos han forjado teorías complementarias para explicar el primero de esos fenómenos sin renunciar a sus premisas básicas de racionalidad y mercados de trabajo eficientes”. Muchos de los problemas de segregación laboral no pueden ser explicados por la teoría neoclásica del capital humano, parte de ellos podrían explicarse por la existencia de valores y estereotipos sociales muy arraigados como lo plantea la teoría feminista, o bien, por la teoría de la discriminación por razonamiento estadístico.
Consulta realizada por: Verónica Maribel Moxo Zapotitla

domingo, 11 de marzo de 2007

FICHA BIBLIOGRAFICA
Población económicamente
activa
INEGI. XII Censo General de
"Poblaciòn y Vivienda 2000
Cuestionario básico.”
Pag.59 Trabajo

“Del total de habitantes del estado de Puebla, casi tres millones tienen 12 y más años, de los cuales 52.9% son mujeres y 47.1% hombres. De todos estos hombres y mujeres cerca de la mitad, 48.7%, conforman la Población Económicamente Activa (PEA), es decir medio millón de mujeres y 1.2 millones de hombres participan en el mercado laboral. Aunque el porcentaje de mujeres dentro del mercado laboral ha aumentado en las últimas décadas, aún el grueso de la PEA lo representan los hombres; de cada 10 personas económicamente activas 3 son mujeres y 7 hombres, en 1990 lo registrado fue de 2 mujeres por 8 hombres. La PEA está conformada por las personas que actualmente trabajan, es decir que están ocupadas, y por las desocupadas. En 1990 del total de ocupados que viven en el estado, 20 de cada 100 son mujeres, para el año 2000 la proporción es de 30.Al igual que los ocupados, la PEA desocupada está conformada en su mayoría por hombres, aunque puede verse que en el lapso citado la proporción de mujeres desocupadas aumenta en casi cinco puntos porcentuales. Por el contrario, en el complemento de la población económicamente activa, la población no económicamente activa, cerca de tres cuartas partes son mujeres, quienes prácticamente no cambian ese peso porcentual de 1990 a 2000. Otra de las formas de estimar la cada vez mayor inserción de las poblanas al mercado laboral, es relacionando el número de mujeres de 12 y más años económicamente activas con respecto del total de mujeres de esa edad que viven en el estado. No obstante que la participación de las mujeres en el sector económico estatal aún no se equipara con la de los hombres, puede observarse que mientras de 1990 a 2000 la tasa de participación de ellos aumenta en cuatro puntos porcentuales, la de ellas lo hace en 12.5 puntos; es decir, hay un mayor dinamismo en este sentido por parte de las mujeres poblanas.”
Atte: Marìa del Carmen Salinas Morales

sábado, 3 de marzo de 2007

ANTEPROYECTO DE INVESTIGACIÓN

ÍNDICE

PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA
Introducción del problema
Antecedentes del problema
Objetivo General
Objetivos específicos
Justificación
PLANTEAMIENTO METODOLÓGICO
BASE TEORICA

1. Población económicamente activa en Puebla.
1.1. Por sexo.
1.2. Según nivel de instrucción y sexo.
2. Población no económicamente activa.
2.1. Por sexo según tipo de actividad.
2.2. De mujeres según grupos de edad y tipo de actividad.
3. Ocupación principal.
3.1. Distribución de la población ocupada por ocupación
principal según sexo.
3.2. Distribución de la población por ocupación principal
según rangos de ingreso.
3.3. Ingreso promedio en ocupaciones seleccionadas por sexo.
4. Situación en el trabajo.
4.1. Distribución de la población ocupada según situación en
el trabajo por sexo.
5. Segregación laboral en las empresas.
5.1. Teorías feministas
5.2. Teoría de Richard Ander.
5.3. Restricciones culturales a la libertad de la mujer.
5.4. La oferta de trabajo.
5.5. La participación femenina en la industria.
6. El régimen jurídico del trabajo femenino

6.1. Normas de origen internacional.
6.2. La inamovilidad laboral.
6.3. La discriminación en el empleo por razones de embarazo.
6.4. Las condiciones de trabajo.
HIPÓTESIS
VARIABLES

Operacionalización
Metodología
PLAN DE TRABAJO
FUENTES BIBLIOGRÁFICAS




PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA

Introducción del problema
El creciente desempleo, es una manifestación de las malas condiciones económicas del país, por no responder a la demanda de mayores fuentes de trabajo que ayuden a mejorar las condiciones de los trabajadores y sus familias. El desempleo femenino es reflejo de injusticias e inequidades en México, si bien la evolución de la tasa de participación económica femenina es favorable y creciente, la mujer sigue enfrentando múltiples obstáculos para insertarse en el mercado laboral. El sector comercial y de servicios es el que registra mayor expansión del autoempleo femenino, el cual está estrechamente relacionado con las necesidades de las familias y sus estrategias para allegarse de recursos económicos, lo que significa que hoy en día la mujer no se ha incorporado al sector industrial.

Antecedentes del problema
Una de las formas, tal vez la más sensible, para evaluar el progreso económico y social de las mujeres es por medio de su incorporación al empleo. Hoy en día es común que las mujeres y los hombres de estado de Puebla compartan la participación en el mercado laboral; aunque esto hasta ahora no ha sido equitativo, en la medida que ellas han tenido menores oportunidades de un empleo digno y sufren la segregación ocupacional al estar destinadas a empleos en sectores poco productivos y por ende mal remunerados, así como de una perenne discriminación laboral.
Por ello, en México algunas legisladoras, académicas e investigadoras, han propuesto cambios a las leyes laborales para lograr una equidad íntegra en los derechos de las mujeres trabajadoras respecto de sus similares varones. Tales reformas están encaminadas a la homologación de salarios, horas trabajadas, condiciones laborales, capacitación, incluso a las responsabilidades de la familia y del hogar.
Tomando como base la información obtenida por el censo del 2000 de las personas de 12 y más años, que en términos de su condición de actividad se dividen en población económicamente activa (PEA), entre las que se encuentran los estudiantes, las amas de casa, los jubilados, etc.; es decir, aquellas personas que no realizan alguna actividad considerada económica.
Partiendo de los estudios sobre la inequidad laboral entre mujeres y hombres, que indican que gran parte del trabajo de la mujer no se remunera, no se reconoce y no se valora, se profundiza en su análisis con indicadores calculados por edad, tamaño de localidad y municipio a fin de observar pautas generacionales y espaciales.
Pero no sólo la edad y el lugar en donde viven las personas son factores que determinan su vida laboral, también influyen en gran medida el nivel académico, si estudian además de trabajar, si están casadas, solteras o separadas.
Algunos datos interesantes son que 6 de cada 10 mujeres que trabajan tienen al menos un hijo; también que ellas poseen mayor preparación, pues la mitad de las trabajadoras estudiaron nivel secundaria o más, en tanto que la misma proporción de los hombres sólo tiene la primaria.
De cada 10 mujeres, 6 laboran en el sector servicios, al igual que 3 de cada 10 hombres; por lo que respecta al salario, una cuarta parte de las poblanas perciben menos de 1 salario mínimo promedio al mes, mientras que la misma cantidad la reciben 17 de cada 100 hombres; la mitad de ellas lo perciben como empleadas u obreras, en cambio la mitad de ellos como jornaleros o peones.
Con datos de este tipo pueden demostrarse las aseveraciones relacionadas con la inequidad laboral, que están sustentadas por distintos supuestos o hipótesis, entre los que se encuentran el que, en iguales condiciones laborales, las mujeres reciben en promedio menos ingresos que los hombres, o que la mayoría de la población que trabaja tiempo parcial son mujeres, o el que las personas que se ocupan en trabajos familiares sin pago y los no remunerados son en su mayoría mujeres.
Estos son sólo algunos de los supuestos que se han venido estudiando desde hace algún tiempo, estudios que tomaron fuerza en las últimas dos décadas del siglo XX y que han incrementado sobremanera nuestra comprensión acerca de la problemática familiar, económica y social que estas inequidades generan en todo el mundo.
Trabajo: INEGI: http://www.inegi.gob.mx/prod_serv/contenidos/espanol/bvinegi/productos/integracion/sociodemografico/mujeresyhombres/2004/myh_pue2.pdf


“Mayor apertura laboral para las mujeres dentro del sector industrial automotriz, con remuneraciones y trato justo y equitativo”

OBJETIVO GENERAL:
“Conocer las barreras leales y/o sociales que influyen para que la industria contrate a un mayor número de hombres que mujeres, con el objeto de identificar las limitantes y barreras existentes que puedan ser superadas”

OBJETIVOS ESPECÍFICOS:

  • Identificar los factores que la sociedad identifica como limitantes para el desempeño laboral de la mujer.
  • Conocer aquellas industrias y sus características que contratan a un mayor número de hombres.
  • Identificar los aspectos legales que actualmente se aplican para el trabajo de la mujer.
  • Analizar el perfil que requieren las industrias que contratan a un mayor número de mujeres, contrastándolo con el perfil requerido de las industrias que tienen pocas mujeres contratadas.

JUSTIFICACIÓN:
El desempleo es un problema económico del país de gran importancia, ya que de él se desprenden otros problemas como la delincuencia, la piratería, la migración, etc. Es necesario que el gobierno, las empresas y la sociedad en general estén consientes de que existe el desempleo de la mujer y la segregación laboral, no olvidemos que un muy elevado número de familias poblanas están sostenidas por mujeres y que sus ingresos son los únicos medios de sustento, por lo que es indispensable garantizarles, en primer lugar, igualdad de oportunidades y, después, brindarles un trato y un pago equitativo en su trabajo. Es necesario darles la oportunidad de integrarse a nuevos sectores, como lo es el industrial, quitando aquellas barreras que les restringen el acceso a los recursos productivos, de ahí, la importancia de identificar esas barreras que le impiden incorporarse al sector industrial y desempeñarse eficientemente.

PLANTEAMIENTO METODOLÓGICO
Procesamiento para la recopilación de información

La recopilación de datos se realizada a través de investigación documental para elaborar un marco teórico conceptual, y así formar un cuerpo de ideas acerca de nuestro objeto de estudio. Realizaremos también una investigación de campo para complementar lo ya existente con los datos actuales.

1. Fuentes primarias de información. La información la obtendremos principalmente a través de páginas de Internet confiables, así como también de periódicos.

Objetivo: Recopilar información ya existente para tener bases teóricas en nuestra investigación.
· Se recopilará la fuente de información.
· Se discriminará la información obtenida.

Con el objetivo de ubicar, registrar y localizar la fuente de información, se emplearán los siguientes instrumentos:
· Ficha hemerográfica.
· Ficha de Internet.

2. Entrevista. Consistirá en la conversación que tendremos con algunos responsables de industrias automotrices.

Objetivo: Saber las causas por las que la industria automotriz contrata a un mayor número de hombres.

Instrumentos:
· Cuestionario.
· Grabadora.


3. Encuestas. Realizaremos una serie de encuestas a hombres y mujeres, con los siguientes objetivos:
· Conocer la opinión de hombres y mujeres sobre la incorporación de la mujer al sector industrial automotriz.
· Identificar cuales son los principales factores personales que impiden a la mujer desempeñarse laboralmente.
· Conocer cuales son las características personales que se necesitan para desempeñarse en el sector automotriz, a través de la aplicación de una encuesta a trabajadores de este sector.
Instrumentos:
· Cuestionario

BASE TEÓRICA
1. Población económicamente activa en Puebla.
1.1. Por sexo.
1.3. Según nivel de instrucción y sexo.
2. Población no económicamente activa.
2.1. Por sexo según tipo de actividad.
2.2. De mujeres según grupos de edad y tipo de actividad.
3. Ocupación principal.
3.1. Distribución de la población ocupada por ocupación principal según sexo.
3.2. Distribución de la población por ocupación principal según rangos de ingreso.
3.3. Ingreso promedio en ocupaciones seleccionadas por sexo.
4. Situación en el trabajo.
4.1. Distribución de la población ocupada según situación en el trabajo por sexo.
5. Segregación laboral en las empresas.
5.1. Teorías feministas
5.2. Teoría de Richard Ander.
5.3. Restricciones culturales a la libertad de la mujer.
5.4. La oferta de trabajo.
5.5. La participación femenina en la industria.
6. El régimen jurídico del trabajo femenino
6.1. Normas de origen internacional
6.2. La inamovilidad laboral.
6.3. La discriminación en el empleo por razones de embarazo.
6.4. Las condiciones de trabajo.


HIPÓTESIS
Los problemas de segregación laboral pueden ser superados si son eliminados aquellos estereotipos que perjudican en gran parte a la mujer, y que le impiden incorporarse dentro del sector industrial.

VARIABLES

  • Problemas de segregación laboral: Los problemas de segregación laboral son aquellos que se presentan cuando el acceso de la mujer a determinadas ocupaciones o profesiones y sectores o ramas de actividad está obstaculizada por barreras legales y/ó sociales. También se presenta esta segregación en lo que respecta a la ocupación de ciertas categorías socio-profesionales por parte de las mujeres.

    Operacionalización: Consultar periódicos, revistar y artículos en Internet, para identificar los problemas más comunes que resultan de la segregación laboral.

Metodología: Investigación documental a través de fuentes primarias de información.

  • Estereotipos: Son juicios formados con respecto a alguien, según el criterio de la percepción propia del grupo al cual esa persona pertenece.

    Operacionalización:
    · Realizar una serie de preguntas a las personas que se encargan de reclutar y contratar a personal del sector industrial, referentes a su preferencia de contratar hombres o mujeres y el porque de su elección.
    · Realizar encuestas a hombres y mujeres, para identificar lo que piensan acerca de las habilidades que cada uno de ellos tiene.

    Metodología: Entrevista y análisis comparativo. Encuesta.