martes, 20 de marzo de 2007

Fichas de Resumen (Salinas Morales Maria Del Carmen)

Mujeres en América latina
(Aportes para una discusión)




CEPAL
“La participación femenina
en la industria de transformación”
Pag.114

El análisis de la participación femenina en términos de su distribución entre las distintas clases o subgrupos industriales en 1970, permite confirmar la concentración en determinadas actividades asociadas con las “tareas femeninas”. Las fuentes principales de empleo de la fuerza de trabajo femenina son por orden de importancia: fabricación de prendas de vestir, fabricación de productos alimenticios; fabricación de maquinaria, aparatos y otros artículos eléctricos o electrónicos, fabricación de artículos menudos de palma; y fabricación de calzado. En estas 5 actividades se concentra el 61% de la PEA femenina del sector.
La distribución de la mano de obra por sexo en las distintas ramas de la industria difiere más que la distribución de los sexos entre categorías ocupacionales.
Por otra parte del total de las mujeres que trabajan en la industria de transformación, la proporción de las que se desempeñan como personal administrativo alcanza el 18.5%. En los hombres es del 8%. En hipótesis se puede sentar que especialmente en industrias modernas, la participación de la mujer en tareas administrativas es alta. Este dato refuerza la hipótesis de que la mujer ocupa un lugar específico en el mercado de trabajo y que la tendencia es a que no este directamente ligada al proceso productivo. Cuando lo esta se trata de determinadas actividades que son consideradas como propias de la mujer.
La distribución por sexo de la categoría “obreros y artesanos “ en la industria revelan que para aquellas ramas en las que la participación de la mujer es significativa , la proporción de mujeres en los grupos de menores ingresos resulta siempre mayor que la de los hombres en términos de salario.
Otro dato a considerar es la tendencia a que las mujeres participan predominantemente en las etapas finales del proceso productivo. Estas etapas consisten en empacar, decorar, etc. Y no les proporcionan una calificación. En este hecho se podría explicar la diferencia salarial entre los sexos. Sin embargo las diferencias de calificación resultan de un proceso que reproduce la posición de desventaja de la mujer en el mercado de trabajo. Por otra parte, a igual calificación, las mujeres tienden a percibir salarios menores, a tener menor inmovilidad en el empleo y a recibir menores prestaciones de otro tipo. Otro aspecto importante es que la proporción de trabajadores a destajo con respecto al total de obreros es de las más altas en los grupos industriales en los que se concentra la mujer.











Las naciones unidas y la
mujer

Margaret K. Bruce
“Las mujeres en el mundo
cambiante”
Pag.20

¿Cuál es la situación de las mujeres en el cambiante mundo actual? Al responder a esta pregunta sería conveniente no olvidar que las mujeres representan más de la mitad de la población de los recursos humanos.
En la gran mayoría de los países desarrollados y en vías de desarrollo las mujeres las mujeres ocupan una posición desventajosa en cuanto a la a la educación, ya sea a nivel primario, secundario o superior. Las tasas mundiales de analfabetismo todavía superan los 700 millones de personas y el mayor porcentaje de estas son mujeres, fluctuando en algunas áreas de de un 80% a un 85%. La falta de oportunidades educativas y de capacitación hace estallar una reacción en cadena y perpetúa la discriminación en otros campos, especialmente en el de los empleados.
Las mujeres constituyen más de un tercio de la fuerza de trabajo mundial económicamente activa. En los países desarrollados las mujeres están concentradas en un número limitado de trabajos, frecuentemente de bajo nivel de capacidad y de responsabilidad con salarios igualmente bajos. A su trabajo no se les reconoce el mismo valor que al del hombre y el sueldo para el mismo es, a menudo, inferior.
Con frecuencia se afirma que los hombres deben recibir un trato preferente en el trabajo, al igual que una mayor remuneración por que son ellos la parte productiva de la familia. Esto sin embargo puede ser contra producente para ellos por la posibilidad de que las mujeres, y no los hombres, sean contratadas por patrones que desean reducir sus costos de mano de obra.
Aun cuando la ley acuerde igual protección, puede ser que la mujer n conozca sus derechos y mucho menos la forma de asegurar su cumplimiento, especialmente si carece de educación y es económicamente dependiente de su marido.
En la vida pública, el porcentaje de mujeres que ocupan puestos de mando ya sea en el campo legislativo, judicial o ejecutivo es pequeño en la gran mayoría de los países, aún en aquellos donde, desde hace mucho tiene el derecho de voto y de ocupar puestos públicos.
Las mujeres generalmente pierden cuando tiene que competir con los hombres por las escasas oportunidades que tiene para educarse y las pocas oportunidades de trabajo. Generalmente las mujeres que luchan para mantener a sus hijos pueden emigrar de áreas rurales a los pueblos en busca de un trabajo que no existe y rápidamente quedan expuestas a los peligros de la explotación, la prostitución y la miseria de barrios bajos urbanos.








Situación de la mujer
en México

Pedro Ojeda Paullada
“Industria de transformación”
Pag.35, 36


El crecimiento económico de nuestro país en los últimos dos decenios se atribuye fundamentalmente al dinamismo de la industria de transformación. Sin embargo, este dinamismo no ha tenido lugar en todas las ramas que integran el grupo de industrias de transformación sino que se concentrado en unas cuantas que producen bienes con elasticidad-ingreso particularmente alta. De entre estas sobresalen la química, la de bienes de capital, las de maquinaria, equipo eléctrico y electrónico. Al lado de estas grandes empresas coexiste n un gran número de pequeñas y medianas industrias, las que cada día pierden importancia desde el punto de vista de su contribución al producto industrial, pero que dadas sus técnicas de producción, proporcionan empleo a una considerable cantidad de mano de obra. Entre esta ramas se puede mencionar la de productos alimenticios, textil y en general a aquellas consideradas como tradicionales dedicadas a la producción de bienes de consumo no duradero.
Las pequeñas y medianas empresas para poder competir con las grandes productoras, al no poder reducir sus costos por la vía del cambio tecnológico por carecer de los recursos de inversión que esto implica, los reduce abaratando el costo de la mano de obra, es preciso en donde estas ramas menos dinámicas se concentra el empleo femenino. La posibilidad de que absorban mayores cantidades de trabajo es casi nula.
El mercado industrial de trabajo femenino se concentra pues básicamente en aquellas clases industriales integradas por empresas cuya tecnología es intensiva en el uso de obra poco calificada.
Tenemos que de acuerdo con el Censo General de la Población de 1970, el total de las mujeres dedicadas a la industria de transformación era de 446,576 que representaban el 18.2% de la mano de obra femenina total y el 21.6% de la mano de obra correspondiente a ese sector de actividad.
El volumen de empleo que generan es ya considerable en la actualidad, destacándose un alto ritmo de crecimiento anual.
La proporción que dentro de esa fuerza de trabajo ocupan las mujeres es considerable, aunque con el inconveniente de no estar determinada en sus condiciones de trabajo y estabilidad como fuente de empleo por los reglamentos de trabajo nacionales sino por coyunturas económicas internacionales y la determinación de ganancia máxima de las empresas trasnacionales.








Mujeres en América latina
(Aportes para una discusión)


CEPAL
“Los marcos de referencia de la presente
discusión sobre la igualdad sexual”
Pag.29

En varios argumentos se destacan como piezas centrales del dispositivo explicativo la noción de “obstáculo “ y la idea de que es la “discriminación” la que impide el acceso de la mujer a ciertos ambientes o posiciones sociales masculinas. Poco se dice sin embargo sobre la naturaleza precisa de estos conceptos más allá de que la mujer se encuentra colocada en una situación de inferioridad con respecto al hombre, sin que se reconozcan y aprovechen suficientemente sus capacidades ni se recompensen adecuadamente sus méritos y realizaciones al menos al nivel en que son gratificados los miembros del sexo masculino.
En verdad, es evidente que por más legítimas que sean o parezcan, estas afirmaciones dependen de otros valores sociales que constituyen jerarquías que ordenan las posiciones sociales diferenciadas de acuerdo con un esquema general de división social del trabajo. Porque es obvio que la diferenciación sexual es solo un aspecto de esta diferenciación social general.
La principal línea divisoria de la confrontación sobre la igualdad sexual se produce por que la sociedad esta estructurada en áreas donde priva a una u otro sexo. En la sociedad industrial por un lado se atribuye mayor importancia social a la disposición de liderazgo institucional y poder objetivo a los ingresos monetarios y al prestigio social externo que constituyen las recompensas y gratificaciones típicas del mundo masculino.
Por otro lado los movimientos que procuran la emancipación femenina adoptan tonos que denuncian la hegemonía masculina, no carecen de razón hay que reconocerlo pues las sociedades que constituyen su marco de referencia histórico y concreto están organizadas de tal manera que aparentemente los hombres reciben mayor cantidad de más valiosa recompensa que las mujeres. De modo que por un lado el movimiento que procura la “emancipación de la mujer es porque se justifica con términos de valores en general, como ser, los derechos civiles, políticos y educacionales.
Por otro lado corresponde a un de valores que en la sociedad moderna, tanto en la capitalista como en la socialista son considerados como típicamente masculinos.
Es precisamente el sector industrial el que con razón, los movimientos feministas señalan como el núcleo de la “supremacía masculina” y contra el cual dirigen sus descargas más pesadas pretendiendo obtener su acceso en una proporción adecuada, mayor que la actual , alas posiciones “normalmente” ocupadas por los hombres.





Asuntos relevantes sobre el
tema de mujeres y personas con
discapacidad

Luz Rosales Esteva
“Atacarán discriminación laboral
contra mujeres.”
Pag3
http://www.e-mexico.gob.mx/work/resources/ContenidoLocal/Sintesisdeprensaal21denoviembrede2006.pdf


En la Ciudad de México prácticamente la totalidad de las empresas ejercen algún tipo de discriminación en contra de las mujeres, ya sea porque no les pagan igual que a los varones o bien porque les impiden ascender a puestos directivos sin considerar sus capacidades ni tampoco sus necesidades reales, afirmó Luz Rosales Esteva, Directora del Instituto de las Mujeres del Distrito Federal (In mujeres-DF).La funcionaria anunció que junto con la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación, la próxima semana constituirán el Consejo Promotor para la Equidad de Género e Igualdad de oportunidades, cuyo propósito es trabajar con empresas para que sus empleados y directivos reconozcan el hostigamiento laboral, sepan la forma en que se da, “que lo visualicen y hacer un análisis de los puestos existentes y aquéllos que ocupan las mujeres”.
A decir de Faustina García, vicepresidenta de Mujeres Industriales de Canacintra, muchas empresas aún piden el certificado de no gravidez a las mujeres para controlarlas, lo que esta prohibido por la ley.
Celia Aguilar, oficial de Programación del Fondo de Desarrollo de las Naciones Unidas para la Mujer, dijo que la discriminación es uno de los problemas más graves de nuestro país.
Durante una conferencia de prensa dieron a conocer la realización, el 22 de noviembre, del “Encuentro estrategias Corporativas para la Equidad de Género y la no Discriminación Laboral”, y la firma de dos convenios
para actuar de manera conjunta a favor de mujeres que trabajan. (El Universal, 17 de noviembre de2006).

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